El secretario de defensa de Gran Bretaña, Des Browne, informó que planea perdonar a más de 300 soldados que fueron ejecutados por cobardía durante la Primera Guerra Mundial.
Browne dijo que presentará la solicitud al Parlamento para su aprobación. Familiares de los soldados ejecutados dicen que los soldados sufrían de trauma severo, tras varios meses de combates sin cesar y se negaron a regresar a la línea de frente.
El secretario Browne dijo que las familias han tenido que soportar el estigma por décadas, y que es mejor para el gobierno ofrecer un perdón sin condiciones a los 306 soldados, que examinar cada caso.
La decisión fue tomada después que la familia del recluta ejecutado Harry Farr, iniciara una campaña pública por el perdón. Farr murió a manos de un escuadrón de fusilería en 1916.