Rusia y Japón prohibieron productos avícolas británicos después de un brote del mortal virus H5N1 de gripe aviar en una granja de pavos en el oriente de Inglaterra, la semana pasada.
Mientras tanto, Holanda y Noruega ordenaron precauciones de seguridad en sus propias granjas, para proteger la población avícola de tener contacto con aves migratorias que podrían ser portadoras del flagelo.
Gran Bretaña ha sacrificado unos 160 mil pavos para enfrentar el brote.
Funcionarios de salud británicos enfatizaron que hay poco riesgo para la población general.
Según ellos, las aves no llegaron a la cadena alimentaria. Los trabajadores que están sacrificando los pavos están usando ropa protectora y máscaras para respirar.