Observadores internacionales y líderes de oposición rusos dicen que las elecciones parlamentarias del domingo no fueron justas y no cumplieron con las normas democráticas europeas, indicando que la abrumadora victoria del partido político del presidente Vladimir Putin refleja un abuso de poder.
Con el 98% de los votos contados, el Partido Rusia Unida, de Putin, ganó más del 64% de los votos emitidos el domingo.
Los comunistas quedaron en un distante segundo lugar con casi un 12%, mientras que otros dos partidos pro-Kremlin, el Liberal Demócrata y el Rusia Justa, ganaron el 7 y el 8% respectivamente, suficientes votos para calificar a escaños en la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso.
El líder de oposición ruso Garry Kasparov censuró la votación, y la calificó como la “más sucia” en la historia de la Rusia moderna.
El presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa dijo que las elecciones tuvieron lugar en una atmósfera de hostigamiento e intimidación a la oposición.
La votación se llevó a cabo sin el monitoreo del organismo observador electoral de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
Este último canceló su misión el mes pasado, después de citar falta de cooperación preelectoral en Rusia.
Putin desestimó las críticas extranjeras e indicó que la legitimidad del Parlamento ha aumentado, debido a los resultados de las elecciones.