El presidente Bush ordenó la suspensión de las retiradas de efectivos militares de Irak después de julio y redujo el tiempo de emplazamiento de las nuevas tropas.
En un discurso pronunciado en la Casa Blanca, el mandatario defendió su política de guerra, la cual dijo que ha reducido la violencia sectaria y las muertes de civiles y militares.
Bush señaló que gracias al aumento de fuerzas que ordenó hace 15 meses, las tropas estadounidenses e iraquíes tienen la iniciativa en la guerra y la perspectiva de éxito se ha renovado.
No obstante, reconoció que todavía hay complicaciones, entre otras los combatientes de al-Qaeda y los respaldados por Irán.
El gobernante estadounidense dijo que está aceptando las recomendaciones de su más alto comandante en Irak, el general David Petraus.
Petraeus dice que las retiradas de soldados deben ser suspendidas a partir de julio para permitir que los comandantes evalúen las condiciones de seguridad.
Con la decisión se anticipa que unos 140 mil soldados permanecerán en Irak después que un nuevo presidente estadounidense sea elegido en noviembre.