Arabia Saudita acusa a Irán de lo que califica como el reciente intento de golpe de Estado en el Líbano y ha llamado a todos los países de la región a que no interfieran en los asuntos políticos libaneses.
El canciller saudita, Saud al-Faisal, dijo a reporteros, este martes, que el apoyo de Irán a la violencia en el Líbano podría afectar sus relaciones con todos los países árabes e islámicos.
Se sabe que Irán y Siria apoyan al movimiento extremista chiíta de Hezbollah, que constituye la oposición en el Líbano.
Faisal emitió los comentarios cuando el ejército libanés anunció que ahora usará la fuerza, para detener la lucha entre milicias pro-gubernamentales y fuerzas de la oposición, lideradas por Hezbollah.
Hasta ahora, las Fuerzas Armadas libanesas han permanecido al margen de la violencia que comenzó el miércoles, en Beirut y se diseminó a otras partes del país.
En la lucha han muerto por lo menos 62 personas y por lo menos 200 han resultado heridas.
La lucha sectaria es la peor que ha visto el país desde la guerra civil que terminó en 1990.