Musulmanes de todo el mundo se dieron cita en la Gran Mezquita, para participar en Tawaf al-Wadaa, conocida como la despedida, donde los peregrinos se reúnen en círculo y oran en torno a un cubículo llamado Kaaba.
Muchos llegan en autobús o a pie desde Mina, en las afueras de la ciudad santa, donde por tercer día participan en un ritual que consiste en arrojar piedras a una pared que simboliza el diablo.
El ritual coincide con el comienzo de Eid al-Adha, o Festival del Sacrificio, considerado uno de los días más importantes del calendario islámico.
El peregrinaje de este año transcurrió sin problemas, comparado con otros años, que han sido empañados por incendios y estampidas.