Hace cincuenta años, en la víspera de Navidad, un año tumultuoso de asesinatos, disturbios y guerras llegó a su fin en forma heroica y esperanzadora con los tres astronautas del Apolo 8 leyendo el Libro de Génesis en la televisión, en vivo, mientras giraban diez veces alrededor de la luna.
Hasta el día de hoy, esa misión de 1968 se considera la empresa más audaz y quizás más peligrosa de la NASA. El primer viaje de los humanos a otro mundo preparó el escenario para el alunizaje de Apolo 11, siete meses después.
Fue un riesgo sin precedentes colocar a tres hombres en un nuevo cohete para enviarlos hasta la luna e impedir que los soviéticos llegaran primero.
Durante la misión, los astronautas Frank Borman, James Lovell y William Anders descubrieron la Tierra, una bola azul y blanca, flotando en el sistema solar, desde la luna.
La foto llamada "Earthrise", tomada por los astronautas, muestra al planeta elevándose sobre el sombrío paisaje lunar gris a 386 millones de kilómetro en la distancia.
La tripulación del Apolo 8 todavía vive: Borman y Lovell tienen 90 años, Anders 85.
Para Lovell, el viaje proporcionó un final esperanzador de un año doloroso y polémico marcado por los asesinatos de Martin Luther King Jr. y Robert Kennedy, y disturbios y protestas a nivel nacional por la guerra de Vietnam.
El despegue del Saturno V ocurrió en la mañana del sábado 21 de diciembre de 1968.
En Nochebuena, la nave espacial se puso en órbita alrededor de la luna. Antes de dormir, los primeros enviados a otro mundo se turnaron para leer los primeros 10 versículos de Génesis. Se había dejado a Borman, antes del vuelo, encontrar "algo apropiado" que decir para lo que se esperaba fuera la mayor audiencia de transmisión hasta la fecha.
"Al principio", dijo Anders, "Dios creó el cielo y la Tierra ..."
Borman terminó la transmisión con: "Y desde la tripulación del Apolo 8, cerramos con buenas noches, buena suerte, una Feliz Navidad, y que Dios los bendiga a todos ustedes, todos ustedes en la buena Tierra".
En la mañana de Navidad, la nave espacial rodeó la luna por última vez. El disparo del motor necesario para impulsarles de regreso a Tierra ocurrió mientras la cápsula estaba fuera de comunicación con el Control de la Misión en Houston.
Lovell rompió el silencio nervioso cuando la nave reapareció: "Por favor, informen a todos que existe un Papá Noel".
El regreso se produjo previo al amanecer del 27 de diciembre, lo que dio por finalizado el increíble viaje de seis días. La revista Time nombró a los tres astronautas "Hombres del Año".
Anders tomó la foto icónica Earthrise durante la cuarta órbita de la tripulación de la luna, cambiando frenéticamente de blanco y negro a película en color para capturar la exquisita y frágil belleza del planeta.
"Vinimos a explorar la luna y lo que descubrimos fue la Tierra", le gusta decir a Anders.
La foto Earthrise es un pilar del movimiento ambiental de hoy. Sigue siendo un legado de los logros de Apollo y de la humanidad, según el profesor emérito John Logsdon, del Instituto de Política Espacial de la Universidad de George Washington, subrayando para siempre la ausencia de fronteras políticas como se ve desde el espacio.
Anders se preguntó entonces - y ahora - "Este no es un lugar muy grande, ¿por qué no podemos llevarnos bien?"
Borman y Anders nunca volvieron a volar al espacio, y los cosmonautas soviéticos nunca llegaron a la Luna.
Lovell pasó a comandar Apolo 13, "pero esa es otra historia". Ese vuelo fue el más exigente, dijo, "Pero Apolo 8 fue de exploración, el de repetir la expedición de Lewis y Clark ... encontrar la nueva Tierra".