El FBI y el Departamento de Seguridad Nacional informaron que no hay indicación de un complot avanzado de parte de Al Qaeda o Estado Islámico dentro de los Estados Unidos.
Sin embargo, señalaron que los ataques aéreos en Siria pueden haber interrumpido temporalmente la planificación ataques contra Estados Unidos o blancos occidentales.
El informe de cinco páginas de Inteligencia Conjunta emitido el martes y obtenido por The Associated Press advirtió que los ataques aéreos destinados a los grupos Khorasan y Estado Islámico también podrían envalentonar a los extremistas dentro de Estados Unidos que ya tienen objeciones contra el actuar de EE.UU., debido a la acción militar en los países de mayoría musulmana.
Khorasan
Una parte importante –y separada— de los bombardeos en Siria ha sido en contra de un grupo hasta ahora desapercibido conocido como Khorasan, el cual está relacionado con al-Qaeda.
De acuerdo al Comando Central de Estados Unidos, el ataque tuvo como blanco la base de Khorasan al oeste de Aleppo, desde donde el grupo preparaba “un plan de ataque inminente en contra de Estados Unidos e intereses occidentales”, del cual no se han dado más detalles.
Los ataques contra los extremistas en Siria son parte de la estrategia del presidente Barack Obama para degradar y eventualmente derrotar al grupo Estado islámico de Irak y Levante.
En los ataques se utilizaron una mezcla de aviones de combate, bombarderos, drones y 47 misiles Tamahawk lanzados desde los buques USS Arleigh Burge y el USS Philippine Sea que operan en las aguas del Mar Rojo y el Golfo Arábigo.
De acuerdo al Pentágono, bombardeos similares también ocurrieron en Irak donde se continúa persiguiendo a los terroristas del EI. Los bombardeos destruyeron dos Humvees del EI, un vehículo blindado y una posición de ataque al sureste de Kirkuk.