Los peces depredadores están en la parte más alta de la cadena alimenticia del océano. Ellos ayudan a mantener el balance de la vida marina. Si ellos no se alimentan se crea una sobrepoblación de organismos más pequeños que puede afectar todo el ecosistema acuático.
Algunos científicos dicen que este cambio podría provocar el colapso de los océanos. Hasta ahora, aquellos que están a cargo de regular la pesca a nivel internacional han hecho muy poco para proteger a estas especies en peligro.
“Nadie se libra de culpa en este asunto”, dice Kate Wilson.
Wilson es una periodista investigativa quien recientemente expuso lo que ella denominó el mercado negro del atún rojo de $4,000 millones de dólares.
“Los científicos nos dicen que cuando un predador como el atún rojo, o cualquier otro pez grande desaparece afecta a todo el ecosistema”, dice la periodista.
Los ecosistemas son las relaciones entre organismos vivientes y cómo estos se relacionan con su medio ambiente y con otros seres. Los especialistas están de acuerdo en que hay un cambio dramáticos cuando alguna parte de la cadena alimenticia desaparece.
Autoridades de varios gobiernos y los grupos ambientalistas se reunieron a mediados de noviembre de este año (2010) en París para discutir las posibles regulaciones de pesca que podrían afectar la vida en el planeta.
Sue Lieberman, directora de políticas internacionales del Grupo del Ambientalista Pew, dice que la tuna roja está en peligro.
“La situación del pescado es peor de lo que pensábamos, y por eso estamos pidiendo en estas reuniones que la comisión suspenda la pesca y ponga un freno”, explica Lieberman.
Lieberman y Wilson opinan que la corrupción y el mal manejo de las regulaciones de pesca causaron esta situación.