El gobierno de Estados Unidos informó que la construcción de viviendas avanzó en noviembre de 2011 hasta alcanzar su nivel más alto en 19 meses. Sin embargo, el número de viviendas que están siendo construidas fue mucho más bajo de lo que los economistas consideran un ritmo saludable.
El Departamento de Comercio indicó, este martes 20 de diciembre de 2011, que las nuevas construcciones subieron más de 9% desde octubre a una tasa anual de 685.000 unidades.
Ese ritmo es muy superior a 554.000, en 2009, durante la peor parte de la recesión estadounidense, pero muy por debajo de lo que los expertos consideran es una tasa anual favorable de un millón de nuevas viviendas.
La industria inmobiliaria de Estados Unidos ha sido uno de los sectores más débiles de la atribulada economía estadounidense. Millones de propietarios de viviendas, a menudo trabajadores que han perdido sus empleos, han sido objeto de ejecuciones hipotecarias.
Una quinta parte de las viviendas vendidas en Estados Unidos son nuevas. Las viviendas recién construidas tienen un efecto desproporcionado en la economía. La construcción de cada unidad habitacional crea el equivalente de unos tres empleos anuales y genera $90.000 dólares en impuestos.