La preocupación por la salud de la derrocada líder de Myanmar, Aung San Suu Kyi, continúa en aumento, en momentos en que la conocida disidente cumple una condena de 27 años en una prisión de Naypyidaw, en la actual capital del país.
De acuerdo con su hijo, Kim Aris, Suu Kyi ha estado sufriendo graves problemas dentales y de las encías que le han impedido comer.
"Esto, junto con los vómitos y los mareos que la hacen incapaz de ponerse de pie o caminar, genera serias preocupaciones sobre su mala salud general y el trato que recibió durante sus dos años y medio en una prisión militar", dijo Kim Aris a la Voz de América a través de un mensaje de texto el jueves.
Una fuente cercana a Naypyidaw, la capital militar situada al norte de la antigua capital, Yangon, confirmó a la VOA que la salud de la premio Nobel, de 78 años, ha sufrido un grave deterioro en los últimos días.
Niegan atención médica
Según la fuente, las autoridades penitenciarias fueron alertadas del deterioro de salud de Suu Kyi, lo que provocó una visita del director médico de la prisión. A pesar de que su condición empeora, la junta militar que gobierna el país ha negado la solicitud de Suu Kyi de ver a un cirujano dentista, dijo la fuente, que habló con la VOA bajo condición de anonimato por motivos de seguridad.
La VOA solicitó confirmación del estado de salud de Suu Kyi a la junta militar y a las autoridades penitenciarias de Myanmar, pero aún no ha recibido respuesta.
Suu Kyi fue arrestada cuando el ejército tomó el poder de su gobierno electo en febrero de 2021. Ha sido condenada por una serie de delitos penales, en su mayoría por cargos presentados por el gobierno militar. Sus partidarios y expertos legales dicen que los casos son un intento de legitimar la toma del poder por parte de los militares, al tiempo que la desacreditan e impiden su regreso a la política.
La atención sanitaria a los detenidos, un derecho básico
“Que los militares le nieguen a mi madre el derecho a recibir el tratamiento solicitado por un médico de confianza es otra acción insensible y cruel por parte de la junta”, escribió Aris. “Como el derecho a la salud es una parte fundamental de nuestros derechos humanos, debe disfrutarse de él sin discriminación”.
El portavoz de la ONU, Farhan Haq, subrayó el derecho a la atención médica de Suu Kyi en una conferencia de prensa el miércoles.
"Todos los detenidos deberían poder tener acceso a la atención sanitaria, ese es un derecho básico", afirmó Haq. “Hemos dejado claras nuestras preocupaciones sobre Aung San Suu Kyi y hemos pedido y seguimos pidiendo su liberación, así como la liberación de los demás líderes de la Liga Nacional para la Democracia”.
Preocupaciones por las condiciones carcelarias
Aris, de 46 años, que reside en el Reino Unido, dice que su madre “ha enfrentado condiciones de vida espantosas, maltrato y alimentación inadecuada desde su arresto y encarcelamiento”. Además, dijo que a la mujer se le ha negado el acceso a asistencia legal.
"Dada la cantidad de personas que pierden la vida en prisión en Birmania [ahora Myanmar], esto es motivo de gran preocupación", dijo a la VOA por mensaje de texto.
Suu Kyi vio reducida su sentencia de 33 a 27 años de prisión en agosto. A pesar de algunos informes de que había sido trasladada a arresto domiciliario, el portavoz de la junta militar de Myanmar, general Zaw Min Tun, afirmó ignorar esta información en su respuesta telefónica a la VOA.
“Sobre este asunto”, dijo, “no hemos escuchado nada”.
