Reguladores estadounidenses están cerca de aprobar nuevas normas para permitir a los vehículos comunicarse entre sí, esperando que la nueva tecnología reduzca los accidentes de tráfico.
Dentro de tan sólo tres años, los fabricantes de automóviles tendrán que equipar a todos los vehículos nuevos con los llamados dispositivos de comunicación “de vehículo a vehículo”.
Este sistema, también conocido como V2V, es una tecnología de comunicaciones de corto alcance que permite a los vehículos intercambiar información vital 10 veces por segundo, respecto a la ubicación, la velocidad, la aceleración y el frenado.
El sistema le permitirá a los automóviles calcular el riesgo de peligros en unos 300 metros y alertar a sus conductores o incluso tomar acción automática para evitar colisiones.
Los conductores serán capaces de ver, oír e incluso sentir las señales de peligro a través de la vibración del asiento.
La Administración Nacional de Seguridad de Tráfico de Estados Unidos, espera que el desarrollo de la tecnología y este nuevo sistema de comunicación de “vehículo a vehículo” reduzca el número de accidentes de tráfico hasta en un 80 por ciento, sobre todo aquellos en los que el alcohol no es un factor.
La nueva tecnología aplicada a los vehículos podría prácticamente reducir las cifras de accidentes a menos de un uno por ciento en los próximos diez años, lo que además resultaría en seguros para vehículos mucho más económicos.
No obstante, aunque los críticos admiten que la tecnología V2V es revolucionaria, advierten sobre posibles conflictos en las bandas inalámbricas por donde viajará la información. Es decir, un accidente podría no evitarse, si la conexión inalámbrica falla, o sufre una caída.
A otros les preocupa la privacidad en vista de que el sistema ofrece la posibilidad de ubicar a un usuario o conductores individuales y conocer sus hábitos de conducción.
Como sea, esta nueva tecnología será obligatoria a partir del 2017, y sería el primer paso hacia un sistema integrado del transporte del futuro.
Dentro de tan sólo tres años, los fabricantes de automóviles tendrán que equipar a todos los vehículos nuevos con los llamados dispositivos de comunicación “de vehículo a vehículo”.
Este sistema, también conocido como V2V, es una tecnología de comunicaciones de corto alcance que permite a los vehículos intercambiar información vital 10 veces por segundo, respecto a la ubicación, la velocidad, la aceleración y el frenado.
El sistema le permitirá a los automóviles calcular el riesgo de peligros en unos 300 metros y alertar a sus conductores o incluso tomar acción automática para evitar colisiones.
Los conductores serán capaces de ver, oír e incluso sentir las señales de peligro a través de la vibración del asiento.
La Administración Nacional de Seguridad de Tráfico de Estados Unidos, espera que el desarrollo de la tecnología y este nuevo sistema de comunicación de “vehículo a vehículo” reduzca el número de accidentes de tráfico hasta en un 80 por ciento, sobre todo aquellos en los que el alcohol no es un factor.
La nueva tecnología aplicada a los vehículos podría prácticamente reducir las cifras de accidentes a menos de un uno por ciento en los próximos diez años, lo que además resultaría en seguros para vehículos mucho más económicos.
No obstante, aunque los críticos admiten que la tecnología V2V es revolucionaria, advierten sobre posibles conflictos en las bandas inalámbricas por donde viajará la información. Es decir, un accidente podría no evitarse, si la conexión inalámbrica falla, o sufre una caída.
A otros les preocupa la privacidad en vista de que el sistema ofrece la posibilidad de ubicar a un usuario o conductores individuales y conocer sus hábitos de conducción.
Como sea, esta nueva tecnología será obligatoria a partir del 2017, y sería el primer paso hacia un sistema integrado del transporte del futuro.