El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas podría aprobar este lunes una resolución demandando acceso internacional al sitio donde cayó el avión malasio en el este de Ucrania, del que se culpa a separatistas prorrusos.
El Consejo se reunió la noche del domingo en Nueva York a pedido de Australia para considerar la resolución.
Treinta y siete ciudadanos y residentes australianos viajan a bordo del avión derribado. El primer ministro Tony Abbott envió a la ministra de Exteriores, Julie Bishop, para promover la resolución.
“Es una situación absolutamente vergonzosa”, dijo Abbot. “Más parece una limpieza de jardín que una investigación forense y dado que han muerto 298 personas, dado que hay 37 australianos entre las víctimas, es imperativo que se asegure el sitio y se haga una investigación adecuada”, añadió.
El presidente Barack Obama conversó telefónicamente el domingo por la noche con Abbott y ambos reiteraron su acuerdo de que tiene que haber "una investigación internacional pronta, completa, sin trabas y transparente", según una transcripción de la conversación divulgada por la Casa Blanca.
El lunes, el presidente ruso Vladimir Putin dijo una vez más que el derribo del avión no habría pasado si Ucrania no hubiera reiniciado los combates el mes pasado en la región controlada por los separatistas.
Putin dijo que Rusia está haciendo todo lo posible por permitir al equipo de expertos de la Organización Internacional de la Aviación Civil de la ONU que investigue la escena del incidente.
Rebeldes prorrusos dijeron el domingo que han tomado control de más de 200 cadáveres recuperados del lugar donde cayó el avión y los han guardado en vagones de tren refrigerados. Dicen que los cadáveres permanecerán en Torez, un pueblo controlado por los rebeldes, a unos 15 kilómetros del sitio, hasta que lleguen los investigadores internacionales.
Los separatistas también han dicho que recobraron la caja negra del avión y que la entregarán.