Doscientas personas fueron arrestadas, 15 edificios y 144 vehículos fueron quemados y 15 oficiales resultaron heridos –seis de gravedad—en los disturbios raciales en la ciudad de Baltimore, los más graves de los últimos meses en Estados Unidos.
La policía reportó saqueos en tiendas, farmacias y centros comerciales cuando la violencia se desató a solo unas cuadras de donde se realizó el funeral de Freddie Gray, de 25 años, quien falleció el 19 de abril tras sufrir heridas graves cuando se encontraba bajo custodia policial.
El martes, voluntarios trataban de limpiar los escombros en frente de una farmacia de CVS que fue quemada, mientras docenas de policías en trajes antimotines vigilaban y los bomberos apagaban las últimas llamas.
La Guardia nacional comenzó a tener presencia alrededor de la ciudad, incluyendo frente a la estación de policía donde Gray fue llevado el día en que resultó herido.
El gobernador de Maryland, Larry Hogan, un republicano, declaró el estado de emergencia el lunes e impuso un toque de queda de una semana que durará desde las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana, salvo excepción de trabajo y emergencias médicas.
De igual manera, las escuelas de Baltimore cerraron el martes y algunas oficinas situadas en el centro de la ciudad también cerraron o abrieron pero animaron a sus empleados a trabajar desde casa.
Los desórdenes de anoche en Baltimore fueron los más recientes en una serie de incidentes en que ciudadanos negros se quejan de violencia policial por parte de oficiales blancos y que comenzaron en Ferguson, Missouri el año pasado.
La ciudad de Baltimore, con 620.000 personas, está situada a 64 kilómetros de la capital de la nación. El 63 por ciento de la población es de raza negra.
