El presidente Barack Obama dijo que un cierre del Departamento de Seguridad Nacional tendría un directo impacto en las economías de los estados y en la seguridad de la nación.
Los comentarios del presidente fueron formulados durante la reunión anual con gobernadores de todo Estados Unidos.
La reunión de Obama en la Casa Blanca con los gobernadores tuvo lugar días antes de que expire el presupuesto del Departamento de Seguridad Nacional debido a una disputa por las órdenes ejecutivas del presidente sobre inmigración.
“El pueblo estadounidense es bueno y decente y tienen más en común que lo que indica la política. Si nos podemos enfocar solo en eso hay muchas cosas buenas que se pueden hacer” dijo Obama.
La gobernadora de Oklahoma, la republicana Mary Fallin, quien preside la Asociación Nacional de Gobernadores dijo tras la reunión en Washington con Obama que las dos partes había tenido una productiva conversación e intercambiaron ideas sobre infraestructura y reforma al Medicaid.
Sin embargo, miembros de ambos partidos expresaron preocupaciones sobre los propuestos recortes al presupuesto para la Guardia Nacional y los gobernadores discutieron sobre políticas económicas y energéticas aun cuando dijeron que hablaron sobre encontrar terreno común.
Hacia el final de la sesión, el gobernador de Louisiana, el republicano Bobby Jindal, dijo que el presidente parece estar ondeando la bandera blanca de la rendición y que ha abandonado toda esperanza de producir una robusta economía ahora que está presionando por un aumento del salario mínimo.
Jindal indicó que Obama debe aprobar el oleoducto Keystone XL si es serio sobre el crecimiento económico.