Bariloche, enclave turístico por excelencia de Argentina, ha tenido que cerrar hoteles, suspender clases y reanudar una vida rodeada de cenizas que cubren la nieve que usualmente caracteriza a este paraje.
La Suiza argentina, como la conocen algunos por sus excelentes pistas de esquí y sus paisajes montañosos, se ha visto arrasada por la nube de cenizas que le llega del vecino volcán Puyehue, en erupción desde hace más de diez días.
“En estos momentos se está volviendo lentamente a la normalidad, no ha habido caída de cenizas en los últimos dos días. Bariloche tuvo dos caídas de cenizas, una muy importante el día de la expulsión del volcán, que cayó arenisca o arena volcánica, que colmó toda la ciudad con tres o cuatro centímetros”, explica Carlos Hidalgo, director de Comunicación de la secretaría de Turismo de Bariloche.
“La ciudad tiene energía eléctrica, agua potable, la ceniza no es nociva para la salud y se está volviendo a la normalidad en las clases”, añade Hidalgo.
El próximo lunes Argentina celebra el día de la bandera nacional. En Bariloche celebrarán este día de una forma muy especial, ya que todos los vecinos se han congregado con palas para hacer una limpieza colectiva de la ceniza que todavía queda esparcida por la ciudad, explica Hidalgo.
La temporada de invierno, de esquí y de nieve, comienza mañana y se prolonga durante los próximos cuatro meses, por lo que tiene “expectativas totales” para recobrar el trabajo diario con el turismo.
En plena época de pretemporada, Bariloche intenta recuperar su imagen para recibir a los 250.000 turistas que cada temporada invernal aterrizan en esta frontera natural con Chile.
La semana pasada la ciudad tuvo que decretar estado de emergencia económica y social a la espera de la llegada de los $586,797 dólares que tanto el gobierno regional como el estatal les prometieron.
Si bien un gran porcentaje del turismo que llega a Bariloche lo hace vía autobús, los vuelos cancelados por el cierre del aeropuerto local perjudican seriamente la reactivación del turismo.
Grupo de ayuda
La presidenta Cristina Fernández impulsó la creación de un grupo de seguimiento de la situación por las cenizas en coordinación con los gobernadores e intendentes de las poblaciones más afectadas.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, señaló que el gobierno nacional está trabajando "desde el mismo día en el que comenzó esta crisis" y que está "comprometido para que las consecuencias sean las menores posibles".
Informó que en la reunión con la Presidenta se realizó "una evaluación de cómo está la situación al día de hoy" a la espera de que "merme la actividad del volcán", lo que permitiría reactivar la temporada, indicó el ministro, añadiendo que el período de mayor actividad comienza en junio.
