Las tensiones han ido en aumento en Líbano un día después del estallido de un carro bomba en el que perdió la vida el jefe de la inteligencia nacional y al menos otras siete personas, el atentado político de mayor relieve en los últimos siete años en el país.
Los líderes de la oposición libanesa Saad Hariri y Walid Jumblatt han acusado al presidente de Siria, Bashar al Assad, de estar detrás de la muerte del general Wissam al-Hassan en una explosión que dejó además 78 personas heridas.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, declaró a la prensa que había informado al Michel Suleiman sus intenciones de renunciar pero, según dijo, el mandatario lo instó a permanecer en el cargo a fin de evitar un vacío político en el país.
Dirigentes de la opositora coalición 14 de Marzo había pedido la dimisión del primer ministro, tras insistir en que éste tuvo responsabilidad en el asesinato del general Hassan el viernes. El gobierno de Mikati es apoyado por el grupo pro-sirio Hezbolá.
Grupos paramilitares obligaron al cierre de negocios este sábado en la ciudad portuaria de Trípoli, y efectivos del ejército dispararon contra manifestantes que bloqueron carreteras en el Valle de Bekaa.
El ejército libanés movilizó tanques a lo largo de las rutas estratégicas que comunican con Beirut, la capital, y removió escombros y neumáticos que manifestantes incendiaron para bloquear el tráfico en señal de protesta por el atentado.
"Condenamos ese acto terrorista cobarde en Beirut. Es condenable suceda donde suceda y no hay nada que lo justifique", dijo el ministro sirio de Información, Omran Zubi.
El hecho ocurrió cerca de la sede del partido cristiano de la Falange Libanesa en el barrio de Al Ashrafiya, en el centro de Beirut, informó la Agencia de Noticias Nacional libanesa (ANN).
La inestabilidad ha aumentado en los últimos meses en el Líbano como consecuencia del contagio de la crisis en Siria, escenario de atentados y enfrentamientos entre partidarios y detractores del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.
Los líderes de la oposición libanesa Saad Hariri y Walid Jumblatt han acusado al presidente de Siria, Bashar al Assad, de estar detrás de la muerte del general Wissam al-Hassan en una explosión que dejó además 78 personas heridas.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, declaró a la prensa que había informado al Michel Suleiman sus intenciones de renunciar pero, según dijo, el mandatario lo instó a permanecer en el cargo a fin de evitar un vacío político en el país.
Dirigentes de la opositora coalición 14 de Marzo había pedido la dimisión del primer ministro, tras insistir en que éste tuvo responsabilidad en el asesinato del general Hassan el viernes. El gobierno de Mikati es apoyado por el grupo pro-sirio Hezbolá.
Grupos paramilitares obligaron al cierre de negocios este sábado en la ciudad portuaria de Trípoli, y efectivos del ejército dispararon contra manifestantes que bloqueron carreteras en el Valle de Bekaa.
El ejército libanés movilizó tanques a lo largo de las rutas estratégicas que comunican con Beirut, la capital, y removió escombros y neumáticos que manifestantes incendiaron para bloquear el tráfico en señal de protesta por el atentado.
"Condenamos ese acto terrorista cobarde en Beirut. Es condenable suceda donde suceda y no hay nada que lo justifique", dijo el ministro sirio de Información, Omran Zubi.
El hecho ocurrió cerca de la sede del partido cristiano de la Falange Libanesa en el barrio de Al Ashrafiya, en el centro de Beirut, informó la Agencia de Noticias Nacional libanesa (ANN).
La inestabilidad ha aumentado en los últimos meses en el Líbano como consecuencia del contagio de la crisis en Siria, escenario de atentados y enfrentamientos entre partidarios y detractores del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.