Cada uno de los dos aspirantes demócratas a la nominación presidencial en Estados Unidos parecen estar trabajando más arduamente para convencer a los votantes que es el candidato para toda la gente, especialmente los estadounidenses de clase media.
La exsecretaria de Estado Hillary Clinton y el senador por Vermont Bernie Sanders debatieron nuevamente el jueves en Milwaukee, Wisconsin, y la intensidad de la campaña demócrata estuvo en evidencia inmediatamente.
Clinton atacó a Sanders por sus críticas al presidente Barack Obama.
“La clase de críticas que he escuchado del senador Sanders sobre nuestro presidente la espero de los republicanos, no la espero de alguien que está postulándose a la nominación demócrata para suceder al presidente Obama”, dijo Clinton.
“Señora Secretaria, eso es un golpe bajo. Uno de nosotros se postuló contra Barack Obama. Yo no fui ese candidato”, replicó Sanders.
Los ataques verbales han aumentado mientras Clinton trata de recuperarse de la abrumadora victoria de Sanders en New Hampshire a comienzos de esta semana.
Ambos candidatos tratan de lograr el voto de las minorías mientras se dirigen a Carolina del Sur, donde se anticipa que los votantes afro estadounidenses jueguen un importante rol en la primaria de ese estado.
Sanders hizo referencia al número de estadounidenses negros encarcelados.
“No podemos seguir ignorándolo, hay que enfrentarlo. Hoy, un bebé afro estadounidense nacido hoy tiene la posibilidad de 1 en 4 de terminar en la cárcel, eso es más que horrible”, indicó Sanders.
Clinton hizo énfasis en los trabajos y la educación de los afroestadounidenses.
“Cuando hablamos de reformar la justicia penal y poner fin a la era de encarcelación masiva, también tenemos que hablar sobre trabajos, educación, vivienda y otras formas de ayudar a las comunidades a que se desempeñen mejor”, señaló Clinton.
Clinton obtuvo un importante apoyo el jueves del brazo político recaudador de fondos del Black Caucus, la bancada de legisladores afro estadounidenses. Pero no está claro si eso le ayudará a obtener una muy necesaria victoria en las primarias de Carolina del Sur el 27 de febrero.
