El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) redujo la expectativa de crecimiento de América Latina para el segundo semestre de este año como efecto de la baja del crecimiento de los países más grandes como Argentina, Brasil y México, dijo el miércoles el economista jefe de ese organismo, Eric Parrado.
En rueda de prensa desde Ecuador, donde se lleva a cabo una reunión del organismo continental, destacó que la proyección de crecimiento de la región definida en el primer informe macroeconómico anual presentado en marzo llegaba a 1,4% en ese mes, pero ahora se fijó en 1,1% para el resto del año, al que de todas maneras calificó como crecimiento moderado de la región.
El BID cumple su reunión anual de gobernadores en la ciudad portuaria de Guayaquil con la presencia de delegaciones de los 48 países que integran el directorio de ese organismo que está actualizando la estrategia institucional y el informe macroeconómico de América Latina y el Caribe.
Al resumir la actualización del informe macroeconómico que elabora el BID, Parrado identificó como riesgos -no sólo para América Latina y el Caribe sino para el mundo- “las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, a las que se suman los riesgos derivados de impactos externos”, entre los que identificó además una reducción del crecimiento económico de ambos países que podría acarrear consecuencias para la cadena productiva de la región.
Advirtió que una eventual combinación de factores negativos y otros como la baja del precio de los activos generaría una reducción de la tasa de crecimiento de América Latina que podría llegar al ámbito negativo en 2020, sin hacer más precisiones.
Recomendó a la región continuar con las reformas económicas dirigidas a la consolidación fiscal, de inversiones y tener proyecciones y políticas económicas de más largo plazo.
Al consultarle sobre la situación de la región para enfrentar impactos económicos negativos, añadió que “tenemos una situación un poco más débil de lo que teníamos en el 2007 (previo a la crisis económica global), los espacios fiscales se han reducido en promedio, en el ámbito de la política monetaria también se han reducido y por tanto no tenemos toda la resiliencia que deberíamos tener para enfrentar este tipo de vulnerabilidades”.