Tras la detección del segundo caso de la variante ómicron, el presidente Joe Biden anunció el jueves el endurecimiento de las medidas para viajeros que lleguen a Estados Unidos.
“Hoy estamos decidiendo que en todos los viajes internacionales hacia Estados Unidos los pasajeros vacunados deberán presentar una prueba PCR realizada en el transcurso de un día previo al viaje”, explicó el mandatario desde la sede de los Institutos Nacionales de Salud en Maryland, en contraste con los tres días de antelación que se venían exigiendo anteriormente.
La medida entrará en vigor la próxima semana.
En una llamada telefónica el miércoles un alto funcionario de la Casa Blanca explicó a los reporteros que, asimismo, se mantendrán las medidas del uso obligatorio de mascarillas en los aeropuertos tanto para viajes internacionales como al interior de EE. UU.
“Creemos que endurecer -y nuestros médicos lo creen- el requisito de pruebas antes de la salida ayudará a detectar más casos potenciales de personas que pueden ser positivas antes de volar a este país”, dijo.
El requisito del uso obligatorio de mascarilla para los viajeros en el ámbito doméstico está en vigor hasta enero, pero será ampliado hasta el mes de marzo, precisó el funcionario.
A nivel local
En cuanto a nuevas medidas frente al posible repunte que podría representar la propagación de la ómicron por el país, el mandatario explicó que su administración está ultimando un plan de contingencia.
La piedra angular de esta respuesta sería acelerar la campaña de vacunación, por lo que Biden invitó a los estadounidenses, una vez más, a vacunarse y defendió la importancia de inocularse con la dosis de refuerzo.
"Vamos a ampliar la campaña de refuerzos en el país para llegar a cientos de millones de estadounidenses elegibles para recibir el refuerzo", se comprometió.
Asimismo, Biden también anunció una serie de puntos de acción como la apertura de más clínicas de vacunación donde puedan recibir las dosis todos los integrantes de la familia, incrementar la respuesta con la contratación de más personal de salud, y potenciar la vacunación en todo el mundo con el envío de más de 200 millones de dosis en el futuro.
“Ayudar al resto del mundo es una manera de proteger a los estadounidenses, es una pandemia global y todos tienen que unirse en la lucha”, esgrimió el presidente.
El plan tiene lugar cuando ya han sido detectados dos casos infecciosos de la variante ómicron en EE. UU. En la actualidad más de 100 millones de estadounidenses son elegibles para recibir la dosis de refuerzo, los cuales siguen siendo gratis, dijo.
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