Las consideraciones familiares son parte importante de la decisión que debe tomar el vicepresidente Joe Biden, sobre si postularse o no a la presidencia del país en 2016.
De acuerdo al periódico The Washinton Post, el reciente duelo familiar por la muerte de su hijo, Beau, que sucumbió a un cáncer, es uno de los principales factores que sopesa Biden en este momento.
Pero los observadores políticos señalan que el vicepresidente está más cerca que nunca de lanzarse a la candidatura demócrata.
El lunes, Biden sostuvo uno de sus almuerzos regulares semanales con el presidente Barack Obama, en donde seguramente puso al día al mandatario sobre lo que está deliberando.
De acuerdo a los asesores de Biden, el vicepresidente podría tomarse otro mes para decidir entrar a competir contra Hillary Clinton, quien fue funcionaria clave de Obama como Secretaria de Estado, y quien lidera la lista de candidatos para reemplazar a Obama cuando éste termine su segundo mandato a principios de 2017.
Constitucionalmente, Obama no puede buscar un tercer periodo.
El presidente no ha expresado apoyo para un posible sucesor y con frecuencia ha elogiado tanto a Biden como a Clinton, pero el lunes el vocero de la Casa Blanca Josh Earnest dijo que el presidente Obama podría respaldar a un candidato en la primaria demócrata, pero eventualmente apoyaría a cualquiera que sea elegido como el nominado demócrata.
Earnest recordó el lunes que el presidente Obama ha dicho que su decisión de elegir a Biden como su compañero de boleta en la campaña presiencial de 2008, "fue la decisión más inteligente que ha hecho en política".
"Creo que eso debería darles una idea de lo que el presidente opina sobre la aptitud de Biden para desempeñar el cargo más importante del país" afirmó.
Una candidatura de Biden posiblemente dividirá las lealtades políticas entre los funcionarios de la Casa Blanca e incluso entre los seguidores del partido Demócrata. Muchos demócratas en EE.UU. esperan que Clinton sea la primera mujer presidenta del país, ya que otras democracias occidentales han elegido mujeres como sus líderes hace mucho tiempo.
Pero, también admirán a Biden por su largo servicio en el Senado y por sus últimos seis años y medio como vicepresidente.
El sábado Biden interrumpió una visita a su estado natal de Delaware para almorzar en privado en su residencia oficial en Washington con la senadora demócrata Elizabeth Warren, de Massachusetts, favorita entre los demócratas progresistas, y quien a principios de año declinó las presiones para que lanzara su candidatura a la presidencia.
Warren es una firme voz contra la influencia de grandes instituciones financieras de EE.UU. y aún no ha expresado respaldo para ninguno de los aspirantes presidenciales demócratas, incluida Clinton.
Antes de las elecciones generales de noviembre de 2016, los votantes comenzarán a decidir en febrero quienes serán los nominados demócrata y republicano que se enfrentarán en los comicios.
17 republicanos aspiran a la nominación de su partido con Donald Trump, a la cabeza por el momento en los sondeos de opinión pública.
En el lado de los demócratas las encuestas muestran que la popularidad de Hillary Clinton está bajando en medio de cuestionamientos por su uso de un servidor privado de correo electrónico durante los cuatro años que ejerció como Secretaria de Estado.