Los asesinatos de la semana pasada en París fueron realizados por militantes que buscaban vengar al profeta Mahoma.
Cuando atacaron la oficina de la revista satírica Charlie Hebdo y un supermercado kosher, masacraron dibujantes iconoclastas y judíos que compraban, matando además a tiros a un policía musulmán, y provocaron un debate sobre la blasfemia, el fanatismo y los límites de la libertad de expresión.
Francia, al igual que otros países europeos, tiene leyes contra el antisemitismo y la xenofobia. Y muchos países de mayoría musulmana prohíben las representaciones del profeta Mahoma, o la crítica al Islam.
Estados Unidos no tiene tales leyes. La mayoría de las organizaciones de derechos civiles musulmanes y judías en América sostienen que tales medidas no funcionan para prevenir ataques raciales o religiosos.
"Creemos que, como regla general, la expresión es algo que enriquece a la sociedad, incluso cuando son expresiones feas", dijo David Friedman, de la Liga Anti-Difamación.
Como coordinador de la aplicación de ley de Liga Anti-Difamación, Friedman trabaja con los departamentos de policía estadounidenses para ayudarles a identificar cuando el antisemitismo es un factor de motivación en los llamados crímenes de odio.
Sólo porque la gente puede tener el derecho a ofender a los musulmanes, no significa que deberían, agregó Friedman.
"En un mundo en el que la sensibilidad de las personas es muy grande, frotar sal en sus heridas o aprovecharse de que ‘podemos hacer esto’ no necesariamente ayuda a ser más amable, compasivo, y a la comprensión de mundo", dijo .
En 2010, las protestas estallaron en EE.UU. contra la propuesta de construcción de una mezquita cerca del sitio de los ataques del 11 de septiembre de 2001, y también sobre la amenaza de un pastor de Florida de quemar una copia del Corán, el libro sagrado del Islam.
En respuesta, un grupo de clérigos multi-religiosos en Washington formó un grupo llamado Hombro con Hombro, que busca detener la islamofobia.
Haris Tarin del Consejo Musulmán de Asuntos Públicos ,dice que Hombro con Hombro y otras campañas han convencido a los periodistas estadounidenses que caricaturas de Mahoma, como las que han aparecido en Charlie Hebdo, así como el periódico danés Jyllands-Posten hace una década, son ofensivas.
"A pesar de que no tenemos leyes que prohíben a los periódicos reimprimir las caricaturas, hemos visto que en el pasado, cuando se publicaron caricaturas, los periódicos estadounidenses no las publicaron", dijo.
Por el contrario, Tarin dijo que las prohibiciones totales de insultar al Islam, como las que existen en muchos países de mayoría musulmana, rara vez son justas.
"En lugares como Pakistán, Indonesia, y Egipto, cuando tenemos un gobierno que tiene leyes contra la blasfemia, se utiliza por razones políticas en general", dijo. "Se utiliza contra los grupos minoritarios, se usa contra las personas que no tienen el poder y que no son la mayoría”.