Pakistán dijo a Estados Unidos que aunque hay que demandar al Talibán que cumpla sus compromisos, el mundo tiene una “obligación moral” de ayudar colectivamente al pueblo afgano a enfrentar una grave crisis humanitaria y económica en un país destrozado por las guerras.
El mensaje fue expresado el jueves por el canciller paquistaní, Shah Mehmood Qureshi, en una reunión con el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, en que ambos discutieron el camino a seguir en Afganistán, según un comunicado emitido en Islamabad.
En el encuentro, que tuvo lugar en Nueva York en el marco de la Asamblea General de la ONU, Qureshi planteó “la esperanza de que el mundo no repita el error de desentenderse de Afganistán”, dijo la nota.
Por su parte, el Departamento de Estado informó que Blinken subrayó “la importancia de coordinar las labores diplomáticas y facilitar la salida de todos los que deseen salir de Afganistán”.
Tras la toma del poder del Talibán en Afganistán, la administración Biden bloqueó rápidamente miles de millones de dólares reservados por Estados Unidos para Kabul, mientras que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional suspendieron el acceso de Afganistán a fondos cruciales.
La preocupación principal es de si el Talibán respetará los derechos humanos básicos en Afganistán.
Blinken dijo el jueves a los reporteros que el tema afgano ha sido el foco de sus encuentros bilaterales y multilaterales con algunos de sus homólogos, incluso de Rusia y China. También señaló que el Talibán continúa buscando legitimidad y respaldo internacional para su gobierno, mientras que el mundo está unido en cuando a la forma de cómo lidiar con esa situación.
“Pienso que hay una fuerte unidad (…) la relación que tenga (el Talibán) con la comunidad internacional será definida por sus acciones. Eso es lo que estamos observando”, declaró Blinken.
El diplomático reiteró las prioridades para Estados Unidos, que incluyen la salida de los ciudadanos extranjeros de Afganistán, el respeto a los derechos humanos, especialmente para las mujeres, las niñas y las minorías, prevenir que los grupos terroristas usen Afganistán para amenazar a otros países y la formación de “un gobierno genuinamente incluyente” que pueda reflejar las aspiraciones del pueblo afgano.
El Talibán ha rechazado las críticas a su gabinete interino compuesto solo por hombres, alegando que representa a todas las etnias de Afganistán y que “muy pronto” incorporará a mujeres.
“El Emirato Islámico de Afganistán tiene el poder en el país y disfruta del respaldo comunitario. Nosotros representamos las aspiraciones del pueblo de Afganistán y estamos listos para integrarnos al mundo”, dijo este viernes Suhail Shaheen, a quien el Talibán designó como su representante permanente ante la ONU.
Pakistán, China y Rusia han dado pasos para aceptar al Talibán y están exhortando a la comunidad global a ayudar al movimiento a abordar las necesidades humanitarias urgentes de los afganos.
También han demandado que se descongelen los activos afganos y se levanten otras sanciones económicas impuestas a Kabul, pero también vinculan el reconocimiento al cumplimiento de las promesas del Talibán.
Afganistán tiene programado hablar de último en la Asamblea General el 27 de septiembre. A pesar de los deseos del Talibán de participar en los debates, lo más probable es que el orador sea el embajador Ghulam Isaczai, quien fue designado en julio por el gobierno derrocado en Kabul.
Un portavoz de la ONU dijo que corresponderá a comité de credenciales de nueve miembros de la Asamblea General decidir quién representará a Afganistán en el foro mundial, lo cual no ocurriría hasta octubre.
[Con información de Ayaz Gul, VOA]
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