La renuncia y asilo en México del presidente boliviano Evo Morales por la creciente presión de los militares y sectores bolivianos de oposición, sigue a semanas de protestas y caos que ha tenido en vilo a la población. Vacío de poder y un país desgarrado por los enfrentamientos entre detractores y simpatizantes de Morales es apenas parte del saldo de esta crisis.