El presidente Jair Bolsonaro quiere que su par estadounidense Donald Trump visite América del Sur para tratar con presidentes de la región la situación de Venezuela, sumida en una grave crisis política y humanitaria.
Durante un evento de celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos en la embajada en Brasilia la noche del miércoles, Bolsonaro dijo que la semana pasada realizó la invitación a Trump.
“Tenemos un problema en el norte de Brasil, que no es apenas nuestro, sino de todos lo que amamos la libertad”, dijo el mandatario brasileño. “No queremos que otros países vayan en esa dirección”.
Bolsonaro se reunió con Trump la semana pasada, en Osaka, Japón, durante la cumbre del G20.
La víspera celebró el acercamiento entre Brasil y Estados Unidos, un país “hermano”.
“Estuvimos juntos en los momentos más difíciles de la historia del mundo”, agregó el presidente brasileño, quien concurrió a la embajada en Brasilia junto con el canciller Ernesto Araújo, el ministro de Justicia Sergio Moro y el ministro de Ciencia y Tecnología, Marcos Pontes.
Bolsonaro rompió el protocolo al posar para una foto con Pontes detrás de una lámina que lo vistió de astronauta norteamericano.
“Nuestro gobierno llegó para dejar a un lado el sesgo ideológico. Vino para aproximarse de varios países con ideología semejante”, dijo Bolsonaro, quien en sus primeros seis meses de gestión se ha reunido dos veces con Trump.
El mandatario brasileño le agradeció a su homólogo que Brasil haya sido aceptado como “aliado importante extra-OTAN”, condición que permite al país acceso prioritario a la compra de tecnología y material bélico a pesar de no ser miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
En apenas unos meses, Brasil ha pasado de su histórico perfil de relaciones multilaterales a un acercamiento marcado con países conducidos por líderes de derecha, principalmente con Trump y el premier israelí Benjamin Netanyahu.
Además, Bolsonaro ha mostrado buena sintonía con el presidente conservador argentino Mauricio Macri. Tanto Argentina como Brasil son los países que más fuertemente han condenado al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, al que califican como una dictadura.