La policía brasileña detuvo el lunes a tres personas investigadas por el incendio del club nocturno “Kiss” en Santa Maria, Rio Grande do Sul, incluyendo a uno de los dueños de la discoteca y a dos integrantes de la banda Gurizada Fandangueira, que tocaba al momento del siniestro.
Algunos de los sobrevivientes relataron que el vocalista de la banda, Marcelo de Jesús dos Santos –uno de los detenidos—fue quien encendió un fuego artificial que habría provocado chispas e iniciado el incendio en el techo de la discoteca.
Por su parte, el hombre de negocios Elissandro Spohr, uno de los socios de la empresa dueña de la discoteca, fue detenido en un hospital de una ciudad vecina, donde recibía atención por las quemaduras sufridas durante el incendio.
El empresario Mauro Hoffmann, otro de los propietarios de la discoteca Kiss que estaba desaparecido desde el domingo, se entregó a la Policía de Santa María para declarar.
Las primeras denuncias contra el establecimiento indican que la discoteca no tenía las salidas de emergencia necesarias, de que al menos un extintor no funcionaba y los bomberos dijeron que su permiso de seguridad para operar había vencido en agosto. La discoteca negó esas acusaciones en un comunicado divulgado a la prensa.
El incendio provocó la muerte de 231 personas, la mayoría jóvenes universitarios, y al menos un centenar de heridos continuaba hospitalizado este lunes, 80 de ellos en estado grave.
Algunos de los sobrevivientes relataron que el vocalista de la banda, Marcelo de Jesús dos Santos –uno de los detenidos—fue quien encendió un fuego artificial que habría provocado chispas e iniciado el incendio en el techo de la discoteca.
Por su parte, el hombre de negocios Elissandro Spohr, uno de los socios de la empresa dueña de la discoteca, fue detenido en un hospital de una ciudad vecina, donde recibía atención por las quemaduras sufridas durante el incendio.
El empresario Mauro Hoffmann, otro de los propietarios de la discoteca Kiss que estaba desaparecido desde el domingo, se entregó a la Policía de Santa María para declarar.
Las primeras denuncias contra el establecimiento indican que la discoteca no tenía las salidas de emergencia necesarias, de que al menos un extintor no funcionaba y los bomberos dijeron que su permiso de seguridad para operar había vencido en agosto. La discoteca negó esas acusaciones en un comunicado divulgado a la prensa.
El incendio provocó la muerte de 231 personas, la mayoría jóvenes universitarios, y al menos un centenar de heridos continuaba hospitalizado este lunes, 80 de ellos en estado grave.