La policía de Rio de Janeiro detuvo a 22 de sus propios efectivos en una operación conjunta con la Justicia contra policías acusados de corrupción, robos y complicidad para delinquir con narcotraficantes y milicias.
Parte de los arrestados recibían unos $70.000 dólares al mes para proteger a traficantes como Antonio Bomfim Lopes, alias Nem, jefe del tráfico de drogas en las favelas Rocinha, la mayor de Rio, y su vecina Vidigal.
"Hoy dimos vuelta una página. Es el primer paso para combatir a policías corruptos", expresó el portavoz del ministerio público de la ciudad, Angelo Ferreira.
Unos 600 agentes federales y estatales participaron de esta operación denominada "guillotina", en la que detuvieron también a seis civiles con apoyo de dos helicópteros y cuatro barcos. El secretario de Seguridad Pública del estado de Rio, José Mariano Beltrame, explicó que la operación es el resultado de una investigación que duró más de un año.
Uno de los mandatos de captura fue emitido contra el comisario Carlos Antonio Luiz de Oliveira, ex subjefe de la Policía Civil y desde enero subsecretario de operaciones del Secretariado Especial de Orden Público (Seop). El oficial no estaba en su domicilio y es considerado "fugitivo".
Hasta ahora unas 20 favelas se consideran pacificadas y los traficantes han sido expulsados del lugar en la campaña preparatoria para el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.
Obama quiere visitar favela
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su interés en visitar una favela pacificada en Rio de Janeiro durante su viaje a Brasil previsto en marzo, según informó la secretaría de Seguridad Pública del Estado.
"Agentes estadounidenses visitan desde hace quince días las favelas donde han sido instaladas Unidades de Policía Pacificadora (UPP)", informó a la agencia France Press una fuente de la secretaría de Seguridad Pública.