La selección de Brasil goleó fácilmente a Japón por 3-0 como local en el partido inaugural de la Copa Confederaciones.
Con el Estadio Mané Garrincha de Brasilia, luciendo de gala, la "canarinha" mostró su mejor cara frente a su público escéptico con el equipo de Luiz Felipe Scolari, luego de una temporada llena de altibajos rumbo al Mundial de 2014.
La joven estrella recientemente contratada por el Barcelona, Neymar, abrió el marcador en el minuto tres con disparo cruzado que levantó la primera gran ovación de la noche para la escuadra local.
Japón, en ningún momento reaccionó al primer estacazo y a penas buscó sorprender con los ataques esporádicos de Honda, que no tuvo fortuna con más de una jugada que pudo haber terminado en gol.
La poca resistencia de los “nipones” permitió que la labor de Brasil se limitara a pasear la pelota de una banda a otra buscando hacer daño con sus estrella Neymar como referente del ataque.
Aunque fue el volante Paulinho quien amplió la ventaja de Brasil, en el cierre de la primera mitad (48), mientras que Jõ selló bajó el telón del encuentro en el minuto 90, colando el balón entre las piernas del portero japonés Kawashima, y afirmando que Brasil es siempre favorito para llegar a la final.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff y el jefe de la FIFA, Joseph Blatter, presentes en el estadio, fueron recibidos con abucheos por los hinchas.
Con el Estadio Mané Garrincha de Brasilia, luciendo de gala, la "canarinha" mostró su mejor cara frente a su público escéptico con el equipo de Luiz Felipe Scolari, luego de una temporada llena de altibajos rumbo al Mundial de 2014.
La joven estrella recientemente contratada por el Barcelona, Neymar, abrió el marcador en el minuto tres con disparo cruzado que levantó la primera gran ovación de la noche para la escuadra local.
Japón, en ningún momento reaccionó al primer estacazo y a penas buscó sorprender con los ataques esporádicos de Honda, que no tuvo fortuna con más de una jugada que pudo haber terminado en gol.
La poca resistencia de los “nipones” permitió que la labor de Brasil se limitara a pasear la pelota de una banda a otra buscando hacer daño con sus estrella Neymar como referente del ataque.
Aunque fue el volante Paulinho quien amplió la ventaja de Brasil, en el cierre de la primera mitad (48), mientras que Jõ selló bajó el telón del encuentro en el minuto 90, colando el balón entre las piernas del portero japonés Kawashima, y afirmando que Brasil es siempre favorito para llegar a la final.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff y el jefe de la FIFA, Joseph Blatter, presentes en el estadio, fueron recibidos con abucheos por los hinchas.