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Brasil ha hecho más fácil y barato que los estadounidenses consigan una visa, tras un declive en el número de visitantes de Estados Unidos en los últimos años.
A partir del jueves, los estadounidenses pueden completar todo el proceso de visa en internet, en lugar de visitar un consulado o pagar a un gestor para que lo haga. El precio de la visa se reducirá de 160 a 40 dólares.
El nuevo programa ya funciona para los viajeros australianos, japoneses y canadienses, dentro de los esfuerzos de Brasil de atraer más turistas extranjeros.
El país más grande de Sudamérica ofrece una gran variedad de destinos para los visitantes, desde turismo ecológico en la selva amazónica a ciudades coloniales construidas por los portugueses, incluyendo millas y millas de playas impolutas. Sin embargo, en 2016 Brasil recibió menos de 6,6 millones de viajeros extranjeros, en torno a la mitad de turistas de los que recibió la ciudad estado de Singapur.
El turismo estadounidense ha ido bajando en los últimos años. Las cifras pasaron de unas 657.000 personas en 2014 a 576.000 en 2015. En 2016, el año que Río de Janeiro acogió los Juegos Olímpicos, el número cayó aún más a unas 570.000 personas.
“Durante mucho tiempo, el gobierno federal no comprendía la importancia económica del turismo: ni medidas para promocionar destinos, ni colaboraciones con operadoras para atraer visitantes, para diversificar el turismo”, indicó el ministro de Turismo, Marx Beltrao, en una entrevista esta semana con The Associated Press. “El turismo entró a formar parte de la agenda política hace apenas año y medio”.
Además de introducir la visa digital, dijo Beltrao, el gobierno actual quiere abaratar los desplazamientos a y dentro de Brasil permitiendo más inversión extranjera en las aerolíneas nacionales. También espera multiplicar por cuatro el presupuesto de Embratur, la junta brasileña de turismo, y trabaja para reformar su estrategia promocional.
Brasil tiene importantes desafíos que abordar, como la alta tasa de crímenes violentos en algunas zonas, el alto costo de los viajes internos y los sucesivos brotes de enfermedades. Un brote de zika iniciado en 2015 disuadió a muchos posibles viajeros después de que el virus, contagiado por picaduras de mosquitos, se vinculara con graves defectos de nacimiento. Este año se está propagando un brote de fiebre amarilla justo antes del Carnaval.
La Organización Mundial de la Salud recomienda ahora a los extranjeros que visiten cualquier parte de los estados de Sao Paulo o Río de Janeiro que se vacunen de fiebre amarilla antes de viajar, aunque Beltrao y otros altos cargos brasileños han dicho que las zonas urbanas son seguras.