La desigualdad de ingresos en Brasil llegó a su mayor nivel en 2018 desde que se empezó a llevar registro nacional de la estadística en 2012, de acuerdo con datos difundidos el miércoles, reflejo de una desaceleración económica que ha afectado enormemente a los pobres.
Datos de la agencia nacional de estadística muestran que el llamado coeficiente Gini _que se utiliza para medir la desigualdad_ está apenas arriba del nivel registrado en 2012. Marcelo Neri, de la Fundación Getulio Vargas, dijo que los aumentos del 2015 al 2018 representan un retroceso respecto a los años previos de “crecimiento incluyente”.
"Existe un efecto del desempleo, pero no es solamente eso. Los datos muestran salarios más bajos para personas que están empleadas”, dijo Neri. “Los más pobres perdieron más salario, y durante el período hubo cierta carencia de una red de seguridad social para los pobres”.
Brasil sufrió una devastadora recesión en 2015 y 2016 que provocó que el desempleo subiera a dos dígitos. Desde entonces, el crecimiento económico sólo ha promediado un poco por arriba de 1% anual, muy distante de la robusta actividad durante el auge mundial del precio de las materias primas de la década previa. El Fondo Monetario Internacional prevé que el crecimiento quede por debajo de 1% este año antes de que la economía gane fuerza en el 2020.
Neri dijo que datos importantes muestran que la tendencia de aumento de la disparidad de ingresos continuó en el 2019.
En el 2018, el 10% más rico de los brasileños representó 43,1% de los ingresos nacionales, comparado con 41,4% en el 2015, de acuerdo a estadísticas del instituto. El 30% más pobre registró una caída de los ingresos desde el 2017.
