El primer ministro de Bulgaria, Boiko Borisov, dijo este martes que el atentado suicida con explosivos que la semana pasada causó la muerte en ese país a cinco israelíes que viajaban en un autobús turístico fue resultado de una elaborada conspiración.
Según Borisov, el terrorista que causó además la muerte del conductor búlgaro del autobús no actuó solo y que detrás del hecho estuvo un grupo de conspiradores que habría permanecido al menos un mes en Bulgaria.
El primer ministro no identificó a ninguno de los sospechosos del atentado y declinó confirmar las acusaciones hechas por Israel de que el gobierno iraní y el grupo terrorista islámico Hezbolá estaban involucrados en el ataque.
Acompañado del consejero antiterrorismo de la Casa Blanca, John Brennan, de visita en Bulgaria, el primer ministro dijo que los implicados utilizaron "vehículos alquilados, estuvieron en ciudades diferentes para no ser vistos juntos, y en ninguna cámara de seguridad se ve a dos a la vez en un mismo lugar".
También señaló que las muestras de ADN y las huellas digitales del terrorista suicida “no se corresponden hasta ahora con ninguna información registrada en los bancos de datos” de otros servicios de seguridad.
"No conocemos su identidad. Sabemos cuándo llegó, el presunto vuelo de donde vino. Puedo decir que podría haber llegado de un Estado miembro de Schengen. Es una versión que examinamos con algunos servicios europeos", dijo.
La zona Schengen hace posible a los ciudadanos de sus 26 Estados miembros circular libremente sin controles fronterizos. Los cinco países de la Unión Europea que no la integran son el Reino Unido, Irlanda, Chipre, Rumania y Bulgaria.
Borisov precisó que los complotados eran gente "extremadamente experimentada” y que sólo de manera casual, descubriendo el explosivo que se utilizó en el momento de ser preparado, las autoridades búlgaras habrían podido evitar el atentado.
Según Borisov, el terrorista que causó además la muerte del conductor búlgaro del autobús no actuó solo y que detrás del hecho estuvo un grupo de conspiradores que habría permanecido al menos un mes en Bulgaria.
El primer ministro no identificó a ninguno de los sospechosos del atentado y declinó confirmar las acusaciones hechas por Israel de que el gobierno iraní y el grupo terrorista islámico Hezbolá estaban involucrados en el ataque.
Acompañado del consejero antiterrorismo de la Casa Blanca, John Brennan, de visita en Bulgaria, el primer ministro dijo que los implicados utilizaron "vehículos alquilados, estuvieron en ciudades diferentes para no ser vistos juntos, y en ninguna cámara de seguridad se ve a dos a la vez en un mismo lugar".
También señaló que las muestras de ADN y las huellas digitales del terrorista suicida “no se corresponden hasta ahora con ninguna información registrada en los bancos de datos” de otros servicios de seguridad.
"No conocemos su identidad. Sabemos cuándo llegó, el presunto vuelo de donde vino. Puedo decir que podría haber llegado de un Estado miembro de Schengen. Es una versión que examinamos con algunos servicios europeos", dijo.
La zona Schengen hace posible a los ciudadanos de sus 26 Estados miembros circular libremente sin controles fronterizos. Los cinco países de la Unión Europea que no la integran son el Reino Unido, Irlanda, Chipre, Rumania y Bulgaria.
Borisov precisó que los complotados eran gente "extremadamente experimentada” y que sólo de manera casual, descubriendo el explosivo que se utilizó en el momento de ser preparado, las autoridades búlgaras habrían podido evitar el atentado.