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Últimos días de la caja registradora


A los comercios les agradan los teléfonos multiusos y las tabletas porque requieren menor espacio que las registradoras y son más baratas.
A los comercios les agradan los teléfonos multiusos y las tabletas porque requieren menor espacio que las registradoras y son más baratas.

Con la incorporación de los teléfonos inteligentes en el diario vivir, podría haber llegado el final de la vida útil de la que por años fue una gran aliada de los negocios: la caja registradora.

Para registrar la compra de un producto ya no se necesita la pesada y complicada caja registradora. Ahora basta con solo tener un teléfono inteligente.

Gracias a aplicaciones como Square, o Intuit, los negocios informales encontraron el método más conveniente y económico para registrar las compras con tarjetas de débito o crédito de sus clientes.

"La tradicional caja registradora está quedando anticuada", afirmó Danielle Vitale, directora de operaciones de Barneys New York, quienes proyectan usar este año iPads o iPods Touch para sustituir a las viejas cajas registradoras en siete de sus locales.

La tienda minorista más grande del mundo, Wal-Mart, está poniendo a prueba una aplicación "Scan & Go" que permite a los clientes escanear sus productos y pagar por ellos a medida que los van comprando.

La anticuada caja registradora fue creada en EE.UU., a fines del siglo XIX, después de la Guerra Civil por el propietario de una cantina, y era esencial en prácticamente todo comercio para 1915.

El beneficio económico también es decisivo en este cambio. Un iPad con accesorios como lector de tarjetas de crédito pueden costar a un comercio $1.500 dólares, en comparación con los $4.000 que cuesta una caja registradora.

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