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Calidad de vida en tiempos arduos


Eric Loebel, de Oregon, está dispuesto a alquilar su coche privado a terceros para hacer algo de dinero.
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Las consideraciones sobre la calidad de vida se deben dejar de lado en ciertas ocasiones debido a las obligaciones laborales.

Seis años atrás, la compañía Economist Intelligence Unit, con sede en Londres, publicó una encuesta sobre la calidad de vida en diferentes países del mundo. Una especia de listado de satisfacción, en el cual se tienen en cuenta la salud, los bienes materiales y la seguridad.

Cuatro países que figuraban en entre aquellos con mejor calificación han pasado por grandes cambios económicos desde entonces: Irlanda, que había salido número uno; Italia y España, que estaban en entre los diez primeros, y Estados Unidos, que había sorprendido logrando el puesto número 13 en este listado sobre calidad de vida.

Encontrar la forma de medir satisfacción ha probado ser una gran tarea para este país. Nosotros, en Estados Unidos, buscamos cosas como buenos colegios para nuestros hijos, espacio personal y acceso a la naturaleza.

Nos movemos incesantemente, en ocasiones con razones no más profundas que estar cerca de un arroyo o de un sofisticado centro de vida nocturna, o un lugar donde tengamos vista al agua, un jardín lo suficientemente grande para que el perro juego, o una iglesia, sinagoga o mezquita amigable.

Por supuesto, estas consideraciones sobre la calidad de vida, se deben dejar de lado en ciertas ocasiones debido a las obligaciones laborales o por necesidades del esposo o esposa, de los padres o los hijos. Pero de cualquier forma, tratamos de ajustarnos a lo que consideramos es nuestra receta para una vida mejor.

El oeste de Estados Unidos lo tiene resuelto, los lugares salvajes han sido domesticados. La búsqueda de calidad de vida es algo nuevo, personal y siempre cambiante para los estadounidenses.

Tal como la ha sucedido en las bellas Irlanda, España o Italia, los tiempos difíciles han hecho que la búsqueda de las cosas buenas de la vida se convierta más que nada en un reto. Sería interesante, de hecho, ver en qué lugar quedará EE.UU. en la próxima edición del listado, la encuesta realizada en 2012.

Un posible indicador, de pronto no muy prometedor, es la recopilación hecha por el Grupo Mercer de Recursos Humanos que califica la calidad de vida de ciudades de todo el mundo. Solo seis ciudades estadounidenses clasificaron entre los 50 lugares más agradables para vivir. Además, usted tiene que recorrer toda la lista hasta el número 29 cuando aparece la primera, Honolulu.
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