El gobierno interino de Honduras nuevamente impuso un toque de queda nocturno en Tegucigalpa, luego que miles de manifestantes protestaron en la capital quemando un autobús y destruyendo un restaurante.
Los manifestantes protestaron para exigir el regreso del depuesto presidente, Manuel Zelaya, mientras la Organización de los Estados Americanos, OEA, reafirmaba sus planes de enviar a un grupo de ministros de relaciones exteriores para dialogar sobre el retorno del gobierno electo.
El gobierno interino de Honduras informó que permitirá a negociadores de la OEA que lleguen al país, siempre y cuando el secretario general, José Miguel Insulza, asista únicamente como observador.
El gobierno del mandatario provisional, Roberto Micheletti, había dicho en principio que no permitiría la presencia de Insulza, quien tenía previsto llegar a Honduras el martes junto a varios cancilleres para presionar por la restitución de Zelaya.
La visita de la misión quedó pendiente para la próxima semana.