"Tambora, fútbol y mar", con esas tres palabras el cantautor colombiano Carlos Vives describe el popular barrio Pescaíto, al norte de su ciudad nativa, Santa Marta.
Se trata de una zona conocida por ser cuna de deportistas como Carlos ‘El Pibe’ Valderrama y Oswaldo ‘Pescaíto’ Calero pero también por el aislamiento y la pobreza.
En 2015, Vives lanzó una fundación llamada "Tras la Perla de la América", que busca transformar no sólo Pescaíto sino también la ciudad de Santa Marta y la costa del Caribe colombiana en términos de infraestructura urbana y tejido social.
“Es una iniciativa ciudadana, ni siquiera sólo de un artista”, explicó el músico en una conferencia en la Universidad de Georgetown, en Washington D.C. Para Vives, uno de los aspectos clave de su proyecto es que busca que los habitantes participen y que hagan suyos sus barrios y su ciudad.
Dos de los problemas más grandes que agobian a Santa Marta y a Pescaíto en particular son, según Vives, la pobreza unida a la desigualdad.
El índice de pobreza de la ciudad de Santa Marta, de donde es originario Vives, está más de cinco puntos por encima del nacional. Mientras que en Colombia el 28% de la población vive bajo el umbral de la pobreza (menos de 88 dólares al mes), en la ciudad esta cifra alcanza el 35%, según datos de Santa Marta Como Vamos.
“Somos muy excluyentes y la sociedad nos lo ha cobrado. Tenemos que sanar esas heridas, para que todos podamos creer en todos”, dijo el cantautor en un evento organizado por el Programa de Liderazgo Latinoamericano (LALP) de la Universidad Georgetown, junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Esa exclusión social se refleja también en cómo están organizadas y construidas las ciudades. Según Horacio Terraza, especialista en urbanismo del Banco Mundial, lo que sucede en Santa Marta es un reflejo de la situación general en Latinoamérica.
“Hay una segregación existente que tiene que ver directamente con la desigualdad y que lamentablemente sigue creciendo con los barrios [urbanizaciones] cerrados (…) la gente por temor y por temas de seguridad se aísla”, dijo el experto.
Barrios como Pescaíto quedan aislados del resto de la ciudad, lo que tiene un impacto negativo en la vida de sus habitantes. El entorno, dijo Terraza, “te condiciona la persona que sos, con temas desde seguridad hasta movilidad y transporte público”.
Es mucho más fácil para alguien acceder a un trabajo y mantenerlo si tiene acceso al transporte público o seguridad, si sabe que si vuelve caminando a casa tarde por la noche nadie lo va a atracar, explicó Terraza. Por factores como estos, los barrios marginales quedan aislados no sólo física sino también social y culturalmente de la ciudad en donde están.
Terraza trabajó con Vives, cuando formaba parte del BID, en uno de los primeros proyectos de "Tras la Perla en Santa Marta" en 2016. La idea del proyecto, que sigue en marcha, es tratar de acercar a Pescaíto al resto de la ciudad pero, sobre todo, al mar.
“Existe una cultura anfibia en Santa Marta, que viene de las tradiciones precolombinas y ahí hay una resilencia increíble”, dijo Vives.
Sin embargo, una de las particularidades de Pescaíto es que, a pesar de que históricamente su cultura está unida al mar, la construcción de un puerto más moderno que el informal que ya existía bloqueó el acceso que Pescaíto tenía a él.
“Es como si el barrio terminara a unos 400 metros del mar (…) si se quiere acceder desde Pescaíto hay que dar una vuelta para rodear el puerto”, explicó Terraza.
Otro de los pilares de la fundación La Perla es la identidad. A través de la cultura, el deporte y conectando a la gente con su propia cultura, el proyecto de Vives busca “fortalecer el tejido social”, explicó Ricardo Ernst, director del LALP.
“La música me da la oportunidad de despertar ese orgullo de algo que se lleva dentro”, dijo Vives, quien es conocido por apoyar géneros musicales autóctonos, como el vallenato. El cantante colombiano hizo énfasis en la importancia que tiene la educación a la hora de fortalecer un sentido de pertenencia y hacer que los líderes y jóvenes quieran dedicarse a mejorar su comunidad en vez de irse de sus barrios.
“Si a los niños no les enseñas el amor por lo nuestro es muy difícil que no quieran irse”, dijo el músico.