La iglesia Emanuel de Charleston realizó su primer servicio de culto el domingo desde que un atacante asesinó a nueve personas negras que estaban en un grupo de Biblia la semana pasada.
“La única manera en que el mal puede triunfar es que la gente buena se cruce de brazos y no haga nada”, dijo el reverendo John H. Gillison en uno de los sermones del domingo.
Cientos de personas hicieron fila para entrar a la iglesia Emanuel AME y otros miles se reunieron en ambos lados del icónico puente Arthur Ravenel Jr. y marcharon como muestra de solidaridad y sanación.
Dentro de la iglesia, visitantes de Charleston y de lugares tan lejanos como California tomaron asiento dentro del edificio. La parte central se llenó con los feligreses de siempre, que estuvieron más solemnes y se abrazaron unos con otros en señal de apoyo.
“Oramos porque Dios nos haga más fuertes cuando somos débiles. Que nos levante cuando nos han hecho pedazos”, dijo uno de los pastores, el reverendo Norvel Goff, Sr.
El sospechoso, Dylan Roof, fue arrestado el jueves y acusado de nueve asesinatos. Las autoridades dicen que el miércoles pasó una hora en un grupo de estudios bíblicos en la iglesia, apodada "Madre Emanuel" por su papel clave en la historia afroamericana, antes de comenzar a disparar.
Investigadores federales están examinando un manifiesto racista publicado en un sitio web que parecía haber sido escrito por Roof. El sitio tiene escritos y fotografías de temática supremacista blanca, aparentemente obra de Roof.
El reverendo Goff sustituyó a Clementa Pinckney, de 41 años, el pastor de Emanuel y legislador demócrata en el Senado estatal que fue asesinado en la masacre.
"Cuando el mal está en el mundo, tú y yo podríamos no ser capaces de controlar a quienes hacen el mal (...) Algunos de nosotros todavía está tratando de buscar respuestas a lo que pasó la semana pasada, el miércoles", señaló Goff. "Yo he decidido dejárselo a Jesús", agregó.
La matanza en Charleston es la más reciente de una serie de tiroteos con múltiples víctimas en Estados Unidos y ha revivido un debate sobre el control a la posesión de armas en un país donde el derecho a tenerlas está protegido por la Constitución.
El presidente Barack Obama, en una entrevista grabada el viernes, manifestó su frustración por el asunto. Responsabilizó a la Asociación Nacional del Rifle, el poderoso grupo de cabildeo a favor de la tenencia de armas, y a la apatía de la ciudadanía por el fracaso en la implementación de nuevas medidas para controlar las armas de fuego en manos de ciudadanos.
La masacre también ha renovado la controversia en torno a la bandera de los Estados Confederados, el bando esclavista que cayó derrotado en la Guerra Civil finalizada en 1865. Es un símbolo del orgullo sureño para algunos y un emblema de odio para otros.
La bandera ha estado ondeando normalmente en el capitolio de Carolina del Sur pese a los llamados como el del candidato republicano Jeb Bush, de retirarla y “ponerla en un museo”.
Parte de esta información ha sido tomada de Reuters.