La embajadora de Estados Unidos en Japón, Caroline Kennedy, visitó la central nuclear de Fukushima, dañada peligrosamente durante el terremoto y tsunami de 2011.
La planta ha permanecido sin funcionar desde entonces, aunque sigue fugándose radiación y lanza agua radiactiva al mar.
Kennedy, junto a su hijo Jack Schlossberg de 21 años, hizo un recorrido de tres horas por la Unidad 4 y el cuarto de control para los reactores 1 y 2, vestida con un casco amarillo y un traje protector que llevaba su nombre.
“Es difícil visualizar y comprender la complejidad del reto solo leyendo, así que ésta fue una visita muy informativa”, dijo Kennedy tras finalizar el recorrido.
Su hijo Jack, también se mostró conmovido. "Espero que mis amigos, mi generación en Estados Unidos mantenga en la mente a Fukushima y entienda que todavía hay mucho qué hacer y podemos hacer algo al respecto", dijo.
La planta ha permanecido sin funcionar desde entonces, aunque sigue fugándose radiación y lanza agua radiactiva al mar.
Kennedy, junto a su hijo Jack Schlossberg de 21 años, hizo un recorrido de tres horas por la Unidad 4 y el cuarto de control para los reactores 1 y 2, vestida con un casco amarillo y un traje protector que llevaba su nombre.
“Es difícil visualizar y comprender la complejidad del reto solo leyendo, así que ésta fue una visita muy informativa”, dijo Kennedy tras finalizar el recorrido.
Su hijo Jack, también se mostró conmovido. "Espero que mis amigos, mi generación en Estados Unidos mantenga en la mente a Fukushima y entienda que todavía hay mucho qué hacer y podemos hacer algo al respecto", dijo.