La que fuera una casa colonial utilizada por varios de los personajes más importantes de la historia independentista de Colombia, se convirtió con el paso de los años en uno de los museos más importantes de Bogotá, donde se guardan varias de las obras que marcaron las luchas libertarias de la nación andina.
La Sociedad de Mejoras de Bogotá decidió, cuando recibió la casona antigua con cada una de sus obras de arte y objetos valiosos, ir más allá y sacarla de su ambiente hogareño, transformando sus salones en el Museo El Chicó, explicaron Carlos Urdaneta y Lina Núñez, dos de sus guías en un recorrido por el lugar a la Voz de América.
“La voluntad de su dueña (Mercedes Sierra) era realizar un museo. Nos encontramos con una calidad de las piezas que se fueron traídas entre los siglos XVII y XVIII desde el Caribe por el río Magdalena hasta Honda, y desde ahí a lomo de mula hasta Bogotá”, dijo Laura Núñez a la VOA, sobre Mercedes Sierra, la última persona que vivió en el lugar y quien decidió donarlo en la primera mitad del siglo pasado.
El lugar debe su nombre a la quebrada Chicú, que en lengua indígena muisca significa “nuestro aliado”.
En su colección hay obras que incluyen una copa conmemorativa del libertador Simón Bolívar, un vaso desfigurado durante el incendio a la sede de la Cancillería en el centro de Bogotá en los disturbios del 9 de abril de 1948, tras el asesinato del líder político colombiano Jorge Eliécer Gaitán, conocido como “El Bogotazo”, en el marco de la IX Conferencia Panamericana.
“Es una cosa muy histórica, se utilizó para conspirar para liberar de España del Virreinato de la Nueva Granada, lo que es hoy Colombia, Venezuela y Ecuador, entonces esta casa tiene todo el sabor de la revolución de la colonia”, relató a la VOA.
Desde que el lugar se convirtió en museo, se puede apreciar durante el recorrido una gran variedad de arte religioso colonial, pues su dueña, Mercedes Sierra, manejó un gran interés por la escuela quiteña y cuzqueña de pintura.
“Hay una colección importante de arte religioso, de estas dos escuelas, que fueron grandes centros de arte religioso en la América española durante la etapa colonial, con obras muy importantes de Caspicara que se pueden apreciar durante el recorrido”, apuntó Núñez.
El museo centra además gran parte de sus esculturas en la iconografía Mariana, con pinturas de la Virgen María, figuras de los artistas más importantes del Nuevo Reino de Granada, como Baltasar Vargas de Figueroa, Joaquín Gutiérrez, Gregorio Vásquez Ceballos y Manuel Chili Caspicara.
“Hay además piezas en cerámica española muy bien conservada, que dejan apreciar la influencia árabe en el sur de España. Toda es hecha a mano con detalles en relieves muy interesantes”, dice.
En las galerías, que están divididas en secciones de cristal y vidrio, se ven piezas de porcelana y cerámica, orfebrería civil y orfebrería moderna.
“Es un museo que mezcla múltiples objetos entre los que varía la cerámica, el arte religioso que hacía parte de la decoración de la casona, por eso, cada espacio está dividido dependiendo según el material en el que está elaborado”, concluye Núñez.
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