El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, abordó, vía telefónica y por separado, las principales causas de la migración irregular proveniente de Centroamérica con los ministros de Relaciones Exteriores de Hondura y El Salvador.
En ambas llamadas, realizadas el viernes, según informó el Departamento de Estado, Blinken ratificó el compromiso de la Administración Biden de trabajar de la mano con ellos para crear oportunidades de desarrollo económico, y combatir la corrupción y la inseguridad.
De acuerdo con un comunicado divulgado por el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, la conversación mantenida con la ministra de relaciones exteriores de El Salvador, Alexandra Hill Tinoco, giró en torno a “cómo una relación bilateral productiva entre Estados Unidos y El Salvador puede ayudar a abordar las causas fundamentales de la migración irregular”.
Además, Blinken le hizo hincapié a Tinoco en la necesidad de generar “oportunidades económicas, proteger y fortalecer las instituciones democráticas, eliminar la corrupción y mejorar el respeto de los derechos humanos, incluyendo al combatir la impunidad”, puntos que, según él, son primordiales para lograr “un futuro de paz y prosperidad en la región”.
Blinken también publicó en su cuenta de Twitter detalles de la llamada, y escribió que “Estados Unidos apoya a un El Salvador próspero con instituciones fuertes y transparentes”.
Washington y su apoyo a Honduras
Temas similares fueron abordados en la llamada entre el canciller hondureño, Lisandro Rosales, y el jefe de la diplomacia estadounidense, según el portavoz de Estado.
El mismo Blinken, escribió en un tuit que, además, con Rosales discutió sobre los esfuerzos de Washington para ayudar a los hondureños con la reconstrucción del país tras el paso de los huracanes Eta e Iota.
“Estamos comprometidos con los fuertes lazos entre el pueblo de Honduras y los Estados Unidos”, escribió.
Un día antes, el secretario examinó junto al canciller guatemalteco, Pedro Brolo, temas similares.
Las llamadas del funcionario estadounidense, con los cancilleres de los países del Triángulo Norte de Centroamérica, se realizan apenas días después que el Gobierno de Joe Biden dejara sin validez los Acuerdos de Cooperación de Asilo (ACA) implementados por la Administración Trump con dichos países, para que éstos pudieran hacer las veces de "tercer país seguro".
