Continuar trabajando para frenar el desplazamiento forzado en Centroamérica fue uno de los principales compromisos adquiridos por el Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (MIRPS), según se conoció durante su tercera reunión anual.
El mecanismo compuesto por países de Centroamérica, Belice y México dijo reconocer el aumento en el número de personas forzadas a huir en la región y la necesidad de implementar mecanismos legales, por país y por región, para dar respuesta a dicho fenómeno.
Según el informe, presentado por MIRPS, el principal compromiso adquirido durante el encuentro es la creación de políticas que puedan dar “protección, educación, salud, medios de vida y empleo a las personas que han huido”.
“Todo el trabajo que realizamos se traduce en beneficio para una población en alta vulnerabilidad que requiere atención de manera prioritaria”, dijo la ministra de Relaciones Exteriores de El Salvador, Alexandra Hill, quien también fungió como presidenta pro tempore del mecanismo.
El Salvador es uno de los países del Triángulo Norte que mayor número de desplazamientos internos forzados tiene y esto tiene su origen en el contexto de violencia e inseguridad, según las Naciones Unidas.
Sin embargo, ha logrado ciertos avances. A inicios de año aprobó una ley que abre la puerta a decenas de miles de víctimas para obtener asistencia humanitaria y el restablecimiento de sus derechos básicos, incluido el acceso a la justicia. Además, recientemente firmó un convenio con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR para que el organismo abra una sede en El Salvador.
Centroamérica
De acuerdo con un comunicado de prensa de ACNUR, “la violencia y la persecución han obligado a casi un millón de personas en Centroamérica a huir dentro o a través de las fronteras de sus países. Estas incluyen unas 833.000 personas del Norte de Centroamérica y otras 108.000 de Nicaragua.
El organismo afirma que a las causas que originan los movimientos se les han sumado las generadas por la pandemia del COVID-19 y las recientes tormentas tropicales Eta e Iota que causaron severos daños.
Filippo Grandi, alto comisionado de la ONU para los Refugiados, explicó que el MIRPS se está posicionando como “instrumento político y operativo para responder a las críticas necesidades humanitarias y de desarrollo de cientos de miles de personas”.
El apoyo sostenido de la comunidad internacional es crucial para poder abordar las necesidades que enfrenta la región, dijo Grandi.