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Costa Rica intenta preservar “logro frágil” en la lucha contra la pandemia


Pacientes esperan en una clínica de San José, el 18 de mayo de 2020, con una distancia prudente para evita contagios.
Pacientes esperan en una clínica de San José, el 18 de mayo de 2020, con una distancia prudente para evita contagios.

Costa Rica no adoptó cuarentenas obligatorias ni restricciones drásticas a la movilidad de su población, pero su lucha contra el nuevo coronavirus ha sido apuntada como un ejemplo por mantener uno de los niveles más bajos de letalidad y contagios en el mundo.

El presidente Carlos Alvarado se mostró cauto en una entrevista con AFP sobre lo alcanzado por Costa Rica, rodeada de países severamente golpeados por la pandemia de la COVID-19.

“Lo que se ha logrado hasta ahora, que es un logro frágil, en cualquier momento se puede caer si no se sigue con la disciplina”, admitió el gobernante en su despacho en San José.

Hasta el 22 de mayo, el país centroamericano de 5 millones de habitantes registraba 911 casos de COVID-19, con 10 fallecidos, para una tasa de letalidad apenas superior a 1%. Un día antes, solo doce pacientes estaban hospitalizados con el mal y tres de ellos en cuidados intensivos.

El mandatario atribuyó las cifras a la disciplina de la población, que adoptó los pedidos de las autoridades, y a que las medidas adoptadas se basaron en recomendaciones científicas.

Pero también citó el legado histórico del país.

“Somos un país que no tiene ejército, un país que tiene una seguridad social universal de casi 80 años, con 23 hospitales nacionales y clínicas y más de mil centros de atención primaria” de salud, acotó Alvarado.

La representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) en Costa Rica, la doctora María Dolores Pérez-Rosales, coincidió en destacar la fórmula del país centroamericano.

“Yo resumiría así el éxito que ha tenido Costa Rica: su respuesta fue intersectorial, involucró a todos los sectores del gobierno; su sistema de vigilancia sanitaria actuó rápido y es un sistema de vigilancia fuerte; su sistema de salud está muy bien consolidado; y, cuarto, el compromiso y la respuesta positiva de la ciudadanía”, destacó Pérez-Rosales.

Medidas paulatinas

En el mismo sentido, la doctora Ileana Vargas, directora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Costa Rica, citó la situación socioeconómica del país y el nivel educativo de su población como factores que diferenciaron su respuesta a la pandemia.

“Desde que no tenemos ejército en el año 1948 hay más recursos para salud y educación, y no es lo mismo tener una población informada, con mayor conocimiento, que una comunidad con un nivel educativo un poquito más básico”, indicó Vargas.

Costa Rica registró sus primeros casos de COVID-19 el 6 de marzo en una pareja de turistas estadounidenses, y dos días después declaró emergencia sanitaria.

A ello siguieron el cierre de centros educativos, bares y discotecas, así como la cancelación de actividades con concentración de personas, como iglesias y eventos deportivos, junto con una restricción al tránsito vehicular.

No tardaron las autoridades en cerrar el acceso a playas y parques nacionales, al tiempo que llamaron a la población a permanecer en casa, adoptar medidas rigurosas de higiene y mantener el distanciamiento social.

“Había mucha incertidumbre sobre lo que había que hacer, no obstante optamos por proteger la vida” apuntó Alvarado, quien defendió el principio de “usar la ciencia y la técnica para responder, no dar soluciones políticas a un problema sanitario”.

Apertura gradual

Con la propagación bajo relativo control, el gobierno inició la semana del 15 de mayo una apertura gradual, con menos tiempo de restricción vehicular, una apertura parcial de playas, y la reanudación del campeonato de fútbol bajo estrictas reglas sanitarias.

Aunque persiste cierto temor entre la población de que se disparen los contagios, los expertos consideran posible mantener el control.

Vargas destacó que hay un aprendizaje alcanzado en el tiempo que el país ha convivido con el contagio.

“Todos hemos aprendido a lavarnos las manos, usar alcohol en gel, mantener la distancia, y si seguimos comportándonos de esa manera y haciendo caso a las indicaciones del gobierno, podemos salir muy bien a pesar del alivio de las medidas”, anticipó la especialista en salud pública.

Igualmente, la representante de la OPS, Pérez-Rosales, destacó que la respuesta hasta ahora deja al país preparado para atender un posible repunte de contagios.

“Costa Rica ha podido localizar los casos, aislarlos, manejarlos, y sobre todo hacer la trazabilidad de todos los contagios, entonces hasta ahora se ha mantenido la propagación de la pandemia en ‘clústers’, y con eso se ha podido tener controlada en cierta forma”, indicó.

En todo caso, el presidente Alvarado anticipó que en caso de un repunte, el país podrá responder con cierres puntuales, no generalizados.

“Ya hemos aprendido, entonces si hay que tomar medidas ya hay capacidad de hacerlas más focalizadas, territorialmente y sectorialmente”, indicó el mandatario.

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