En una humilde vivienda de un caserío de la zona norte de Managua, Kenia Guillén permanece confinada junto a sus dos hijos después de que se reportaron los primeros casos de coronavirus en Nicaragua.
A pesar de que el país no ha suspendido oficialmente las clases ni las actividades cotidianas, esta madre decidió evitar la exposición de sus hijos y cuidarse de la pandemia que ha dejado miles de muertos en todo el mundo.
Kenia convive con su pareja Nelson Sáenz, quien sí sale diariamente a trabajar para garantizar el sustento de su familia.
La joven madre aseguró a la Voz de América que hace unos dos meses dejó de llevar a la escuela a su hija Ashley Sáenz Guillén, de 9 años.
Cuenta también que dejó de visitar a otros familiares y amigos que viven en otros puntos de Managua. Incluso, evita frecuentar a lugares públicos como parques, estadios y mercados.
El confinamiento al que se ha sometido de forma voluntaria ha tenido las primeras consecuencias. Ashley ha mostrado ciertos cambios en su conducta.
“Ella a veces se siente frustrada por estar encerrada y yo la entiendo, yo misma me siento mal estar así, ahora un niño que tiene la mente más como para recrearse”, asegura Guillén.
Los niños extrañan las actividades presenciales
El comportamiento de Ashley no es único. En varios países de América Latina el nuevo coronavirus ha traído afectaciones en la socialización de los niños por el confinamiento, según refleja una encuesta reciente por internet de la ONG Educo, titulada: “La escuela está cerrada, ¡pero el aprendizaje, no!”.
El sondeo reflejó que el 27% de los menores echan de menos poder ir a la escuela y por consiguiente a sus amigos.
También indica que los niños han echado de menos poder relacionarse con otras personas fuera del hogar. El 21% de los encuestados dijo haber extrañado a sus amigos y el 14% expresó haber extrañado a sus familiares.
Reinaldo Plasencia, director global de Bienestar de Educo, comenta que al preguntar a los niños sobre las cosas que extrañan, responden que son actividades con alta “presencialidad”.
“Ir al parque, jugar, ese tipo de cosas (…) el poder interactuar con sus amistades u otros miembros de la familia”, explicó Reinaldo a la VOA.
La encuesta también sugirió que hay cosas positivas que también han sido percibidas por menores en esta pandemia, como el tener tiempo en familia, estar en casa, entre otras cosas.
“Ellos reivindican que les da paz estar en casa. Aunque les preocupa que, pese a que se tomen algunas medidas, alguno de los miembros de la familia se pueda infectar”, agregó Plasencia.
En la encuesta participaron un total de 3.047 niños, niñas y adolescentes de entre 6 y 18 años.
Dentro de las preocupaciones manifestadas por los niños, también se está que las personas adultas de su familia no puedan salir a trabajar y que no haya dinero suficiente para pagar lo que necesitan en casa.
Plasencia señala que los países que más participaron en la encuesta fueron Bolivia y El Salvador, este último marcado por las medidas restrictivas severas que mantiene el presidente Nayib Bukele.
Mientras que, en Nicaragua hubo poca participación debido a que no se divulgó masivamente la consulta, tomando en cuenta que en el país hubo falta de medidas preventivas por el COVID-19.
“Se obtuvieron un poco más de 100 encuestas (en Nicaragua). Como era online no hicimos la divulgación masiva porque el sentido de las preguntas era para quienes vivían en situaciones restrictivas”, señaló Plasencia a la VOA.
De acuerdo con Plasencia, hubo mucha consonancia en las respuestas de niños consultados, sobre todo donde hubo medidas adoptadas por los gobiernos.
“Las encuestas están abiertas y podríamos hacer algo más en profundidad sobre Nicaragua cuando se tomen medidas”, añadió.
¿Cómo será su vida después del virus?
Educo recopiló respuestas de los niños sobre los afectos posteriores a la pandemia y resaltó frases de ellos, donde muestran mayor aprecio por lo presente.
“Ahora valoraré a mi familia más. Esta cuarentena me ha ayudado a pasar más tiempo con mis papás y hermanos”, expresó un niño de Bolivia.
“Voy a aprender a valorar más las pequeñas cosas”, dijo una niña nicaragüense consultada por Educo.
La organización sugiere a las familias cuidar la salud emocional de los niños, pues afirman que los menores están plenamente conscientes de las repercusiones que dejará la crisis sanitaria en sus vidas.