Médicos Sin Fronteras (MSF), que opera en la zona este del área metropolitana de San Salvador, capital de El Salvador, dio a conocer el aumento de muertes en los domicilios por COVID-19.
De acuerdo con Luis Romero Pineda, coordinador de terreno de MSF en El Salvador, sus equipos han registrado “un importante aumento en el número de personas que fallecen en sus hogares” antes de que las ambulancias operadas por sus equipos del servicio prehospitalario lleguen hasta ellas.
El vocero de la institución también reveló dificultad para coordinarse con los hospitales a la hora de gestionar la admisión de los pacientes. Hecho que ha ido aumentado en cuanto más casos se presentan en el país.
“Las principales causas de muerte están relacionadas con factores metabólicos, respiratorios y cardiovasculares, que han llegado a multiplicarse por cuatro en relación con el primer semestre del año pasado”, explicó Ángel Sermeño, responsable médico del servicio prehospitalario de MSF.
Para los voceros de la institución, el aumento de muertes dentro del hogar es un reflejo de “las enormes dificultades del sistema de salud para responder a la epidemia y para asegurar el acceso a los servicios médicos”.
MSF en coordinación con los líderes comunales de las zonas más afectadas en las zonas de Soyapango y San Salvador, han hecho un análisis de los posibles factores que explican el aumento de la mortalidad en los últimos meses. Uno de ellos es la falta de acceso a servicios de atención primaria, lo cual podría haber contribuido al deterioro de la salud de pacientes con enfermedades crónicas de base.
“La mayoría de las consultas médicas están cerradas y solo permanecen abiertos los servicios de urgencias” explica el informe de la institución.
El informe también revela que el sistema de ambulancias y los hospitales están operando al límite de sus capacidades, y que existen grandes dificultades para la detección y registro de casos de COVID-19 a nivel comunitario, puesto que los casos sospechosos no son atendidos y no quedan registrados en el sistema de salud nacional a menos que los pacientes hayan visitado por sus propios medios un centro asistencial.
Autoridades reconocen aumento de contagios
El alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, reconoció a inicios de la semana durante una rueda de prensa, que San Salvador es la ciudad de El Salvador más castigada por la pandemia, de ahí que decidiera la “implementación de sus propias medidas sanitarias” sectorizadas para frenar la curva de contagios.
Por su parte el ministro de salud de El Salvador, Francisco Alabí, manifestó el jueves su preocupación por el incremento de casos confirmados y sospechosos de COVID-19 en los últimos días.
El ministro afirmó que a diario crece el número de personas sospechosas que muestran algún tipo de sintomatología, “pero que aún no se les ha realizado una prueba de campo Polimerasa Reactiva en Cadena (PCR, por sus siglas en inglés) para determinar si son positivas o no al coronavirus”.
Hasta el viernes por la noche El Salvador reportaba 9.142 casos confirmados y 249 muertes según la Universidad Johns Hopkins.
La Organización Mundial de la Salud (OM) reportó que El Salvador está actualmente en la fase 3 de la pandemia, lo que significa que hay circulación del virus en todo el país.