La falta de información y las pocas medidas estatales para responder oportunamente a la pandemia de COVID-19 en Nicaragua ha provocado que la población aumente de manera masiva la automedicación para contrarrestar los síntomas de esta enfermedad, poniendo en grave riesgo su salud y provocando mayores complicaciones, alertó el Comité Científico Multidisciplinario del país .
El epidemiólogo Leonel Argüello, quien es integrante de este comité, aseguró que han hecho un llamado a médicos y farmacéuticos para que establezcan medidas concretas que contribuyan a frenar este tipo de faltas, motivado en gran medida porque durante las últimas semanas los pacientes que están llegando después de varios días de haber iniciado la enfermedad a las urgencias médicas de los hospitales públicos y privados, presentan más complicaciones que los que llegaban previamente, y la automedicación ha contribuido en ello, retrasando la búsqueda de atención oportuna.
“Nosotros nunca hemos visto en la historia de Nicaragua que la automedicación esté tan alta como ahora. Primero, no hay tratamiento preventivo ni curativo a la COVID-19, el tratamiento se basa en dependencia de los síntomas que presente cada persona. Por otro lado el tomar medicamentos sin recetas médicas puede causar un problema de salud importante. Inclusive la combinación de medicina natural con medicina química puede también traer problemas”, explicó el especialista.
El gremio médico señaló que la “masiva automedicación” se está dando en “buena parte” por los propios médicos, naturistas y “otros que con buenas intenciones o con intereses particulares han utilizado las redes sociales, para prescribir o recomendar productos farmacéuticos químicos o ‘naturales’ sin ninguna base científica que los respalde, o bien, mencionan supuestas experiencias personales que no se pueden masificar”.
Arguello plantea que el Ministerio de Salud debería de regir para que en momentos de epidemias se controlen los medicamentos, tanto en su precio como en su comercialización. Sin embargo, en Nicaragua los únicos medicamentos regulados son los antidepresivos y otros medicamentos de naturaleza psiquiátrica.
“Existe en este momento un uso irracional o un uso no adecuado de los medicamentos en todos los sectores”, recalcó.
Pero además, la compra descontrolada de varios medicamentos que no requieren prescripción médica para su venta, como la azitromicina, acetaminofén, el ibuprofeno y otros antibióticos y analgésicos está provocando desabastecimiento en las farmacias, según la presidenta de la Asociación Nicaragüense de Distribuidores de Productos Farmacéuticos, Rossana Terán.
“Para evitar el desabastecimiento queremos que la gente se deje de automedicar, que consulte con su médico. Para que no haya desabastecimiento la gente se tiene que dejar de automedicarse. El medicamento que entra, entra y sale directo de la farmacia, se vende rapidísimo, hay desabastecimiento porque la demanda es bien grande, no es porque no se esté pidiendo el medicamento, sino porque la gente lo está comprando más de la cuenta”, manifestó Terán.
El temor y la confusión generada alrededor de la pandemia son la base del poder de convencimiento para inducir “de forma irresponsable a la población” a consumir y gastar en productos que no son de beneficio para enfrentar los efectos del COVID-19, alertan los expertos.