Aunque el discurso gubernamental que asegura que la emergencia sanitaria producto del coronavirus se encuentra bajo control, por primera vez en 41 años, el actual gobierno de Nicaragua reemplazó las celebraciones presenciales del triunfo de la Revolución Popular Sandinista por un formato virtual.
El anuncio fue realizado por la primera dama y vicepresidenta Rosario Murillo, aunque en ningún momento mencionó que la medida se tome para evitar los contagios de COVID-19.
"Se transmitirá desde canal 6 y con nuestros cantos, con nuestras flores, con nuestros recuerdos y con nuestro afán de futuro celebramos en grande el 41-19 porque el pueblo no se detiene, sabe ir más allá", Murillo, que ya había adelantado que este año la histórica celebración se realizaría de forma diferente.
"Todas las actividades de este mes son en gran medida virtuales, para que podamos incorporarnos muchos y muchas a celebrar juntos, como se pueda celebrar ahora, eso no le resta entusiasmo a nuestros corazones. Hacemos lo que tenemos que hacer", añadió.
El gobierno de Nicaragua ha suspendido todas las actividades masivas que tradicionalmente cuentan con la presencia del presidente Daniel Ortega y su esposa Murillo, lo que ha sido percibido como una estricta cuarentena por parte de la oposición política que le reprocha al Estado no imponer medidas de protección nacional ante la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19.
El primer evento que el gobierno suspendió este mes fue la conmemoración del Repliegue Táctico a Masaya. Esta sería la primera vez desde que inició la pandemia de COVID-19 que tanto el presidente como su esposa se verían obligados a salir de su casa, ya que ellos mismos se han convertido en las figuras icónicas de esta celebración.
El llamado ¨Repliegue táctico a Masaya¨ es un evento histórico que ocurrió el 27 de junio de 1979, cuando se produjo una movilización estratégica de las fuerzas guerrilleras sandinistas de Managua hacia Masaya, resistiendo los ataques aéreos y terrestres de la guardia somocista que estaba concentrada en la capital. La acción guerrillera quedó como un símbolo de la resistencia sandinista.
El exparlamentario y analista político, Eliseo Núñez, dijo a la Voz de América que la medida tomada por el partido gobernante es una muestra de que la emergencia sanitaria no se encuentra controlada ya que la propia pareja presidencial evita exponerse a posibles contagios.
"Yo creo que lo hace principalmente porque tiene temor a que su militancia no le llegue a la plaza, porque el otro temor que es bien marcado en él es que se contagie él y su familia. Hasta el momento Ortega ha manejado la pandemia con un sesgo elitista impresionante", señaló.
El partido Frente Sandinista de Liberación Nacional tampoco convocó a actividades masivas en los departamentos y municipios del país, como las que venía promoviendo el gobierno hasta la fecha y que han sido la causa de fuertes críticas de los organismos sanitarios internacionales como la Organización Panamericana de la Salud y la misma Organización Mundial de la Salud que veían en las actividades masivas un riesgo para aumento del contagio.
El epidemiólogo Álvaro Ramírez, quien ha sido una de las voces más críticas al gobierno debido al manejo de la pandemia, explicó que tanto el presidente como su esposa tienen pleno conocimiento de la situación de circulación comunitaria del nuevo coronavirus y del crecimiento de la curva exponencial, por lo que intentan protegerse.
"Su decisión es una admisión de hecho de que con el coronavirus no se juega. El COVID es un peligro real para todo el país, incluyendo el Frente Sandinista y el gobierno. Les ha costado ministros, amigos cercanos y ha muerto mucha gente para que finalmente admitieran que esta pandemia es un peligro real", dijo especialista.
El gobierno de Ortega ha mantenido las escuelas públicas abiertas, y cada día se producen ferias, celebraciones, fiestas patronales, inauguraciones, juegos deportivos. Suelen asistir sus partidarios, pero no funcionarios del entorno de Ortega.