Cada 15 de enero, la ciudad de Esquipulas, en Guatemala; se convierte en el epicentro de una de las festividades religiosas más significativas de Centroamérica: la celebración en honor al Santo Cristo Negro.
Miles de peregrinos de Guatemala, Honduras, El Salvador, México y otros países llegan hasta la Basílica del Santo Cristo de Esquipulas para rendirle homenaje a esta venerada imagen, pedirle milagros y hacerle promesas.
“Somos devotos del Cristo Negro desde que tenemos uso de razón. Le pedimos directamente a nuestro Señor Jesucristo favores o peticiones", explicó a la Voz de América Douglas González, uno de los miles de peregrinos guatemaltecos que acuden cada año a venerar la imagen.
"Cada gente, de todas las comunidades de Guatemala y países vecinos vienen con esa misma fe y devoción”, agregó.
El Cristo Negro, también conocido como el Señor de Esquipulas, fue esculpido en 1594 por el artista Quirio Cataño, quien creó la imagen por encargo de las autoridades eclesiásticas de la época.
Desde entonces, la figura ha sido centro de miles de relatos sobre favores concedidos y milagros atribuidos a su intercesión.
La Basílica que alberga esta imagen, un majestuoso templo inaugurado en 1759, se ha convertido en un lugar de peregrinación constante.
“El 15 de enero lo que se celebra es el traslado de la imagen de la parroquia. Estuvo primero en la parroquia de Esquipulas, que tiene más años que la Basílica. Cuando vieron los obispos que la demanda de la gente era mucha y no cabían en la parroquia, decidieron hacer esta belleza de basílica”, explicó a la VOA, Freddy Guerra, habitante de Esquipulas, Guatemala.
La fecha conmemora la culminación y el traslado de la imagen a su hogar definitivo en la Basílica de Esquipulas, lo que marcó el inicio de su fama como lugar sagrado.
Durante esta celebración, las calles de Esquipulas se llenan de vida con procesiones, rezos y actividades culturales como serenatas y cabalgatas en honor al Santo Cristo.
Algunos peregrinos llegan a pie, otros en vehículo, y una gran parte de los pueblos aledaños a la ciudad elige acercarse a caballo, especialmente aquellos municipios donde la ganadería y las montas son su principal fuente de ingresos.
Para muchos, la devoción al Cristo Negro no solo es un evento religioso, sino también una manifestación cultural que une a los pueblos de Centroamérica.
“Tanto para los esquipultecos como para los habitantes de Guatemala y de todos los pueblos de Centroamérica y el sur de México, el Cristo es un icono de la fe en el que encuentran esperanza, confianza y a quien acudir para pedirle y agradecerle”, agregó a la VOA, Rafael Murcia, monge benedictino de la Basílica de Esquipulas.
Asimismo, la festividad contribuye al turismo religioso, beneficiando a la economía local con la llegada de miles de visitantes.
De acuerdo con Murcia, entre 50.000 y 100.000 personas pasan frente a la imagen del Cristo Negro en los días previos a su traslado, sin incluir a aquellos que no consiguen entrar y terminan quedándose fuera de la basílica.
Visitas especiales
No es común que la imagen del Santo Cristo Negro de Esquipulas sea sacada de su vitrina. Sin embargo, una de las raras ocasiones en las que esto ocurrió fue durante la visita a Esquipulas del Papa Juan Pablo II, en 1996.
En esa oportunidad, la imagen fue colocada en un lugar destacado frente a la Basílica donde el Pontífice presidió una multitudinaria misa.
En 2009, la imagen fue retirada de su vitrina para ser llevada en procesión, permitiendo a los fieles conmemorar los 250 aniversarios de la consagración de la Basílica del Santo Cristo de Esquipulas.
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