El ex jefe de operaciones internacionales de la agencia antidrogas de Estados Unidos, DEA, puso en duda la lógica de enviar a Joaquín El Chapo Guzmán a una prisión de Ciudad Juárez, considerada menos segura.
El Chapo fue trasladado sorpresivamente el sábado antes del amanecer hacia el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 9, situado en las afueras de Juárez, al otro lado de El Paso, Texas.
Antes estuvo en la prisión de máxima seguridad del Altiplano, cerca de la capital mexicana.
“Simplemente carece de sentido”, declaró Vigil el domingo. “El tiene esa parte de su imperio, tiene infraestructura ahí y el personal que lo ayudaría en lo que respecta a diseñarle otra fuga”.
No obstante, horas antes de que Guzmán fuera trasladado, un juez federal se pronunció a favor de su extradición a Estados Unidos, que ahora debe ser aprobada por la cancillería, informó el domingo el abogado del capo.
A partir de este fallo judicial, la cancillería cuenta con 30 días naturales para analizar el expediente y resolver "en definitivo si procede o no la extradición", indicó el abogado.
Analistas consultados por The Associated Press han coincidido en que no hay vínculo alguno entre el cambio de cárcel y una posible extradición.
El Cefereso está en medio del desierto del estado de Chihuahua, una zona árida bajo un sol ardiente.
El gobernador de ese estado, César Duarte, aseguró que por eso fue transferido. “Las condiciones de seguridad están muy por encima del mismo Altiplano”, afirmó.
El líder del poderoso cártel de Sinaloa que se fugó espectacularmente de dos penales de máxima seguridad y hasta su recaptura como considerado como el narcotraficante más buscado del mundo.