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Rayo de sonido ensordecedor para contener a los manifestantes


Un manifestante con una máscara de Guy Fawkes frente a miembros de la policía de Chicago, durante una de las protestas contra la reunión de la OTAN.
Un manifestante con una máscara de Guy Fawkes frente a miembros de la policía de Chicago, durante una de las protestas contra la reunión de la OTAN.

La policia tendrá que lidiar con una veintena de grupos y colectivos que protestan contra todo y sobre todo, pero quiere evitar la brutal historia de 1968.

La policía de Chicago dice estar preparada para cualquier tipo de protesta que se le venga encima en este fin de semana que se desarrolla la cumbre de la OTAN, pero asegura que las tácticas y el equipo del que dispone hoy nada tienen que ver con los utilizados en otras épocas, que le dejaron la mala fama de brutalidad.

Los 12.000 policías con los que se pretende mantener el orden durante las manifestaciones que se esperan en la ciudad, vestirán trajes antimotines de $1 millón (tanto para los policías como para sus caballos) y utilizarán tácticas modernas de control de multitudes, que no existían en 1968, en la época en que los hippies se volcaron sobre la ciudad para protestar contra la guerra de Viet Nam, durante la Convención Nacional del partido Demócrata.

Las protestas de entonces terminaron en violencia generalizada cuando 11.900 policías, 7.500 soldados, 7.500 miembros de la Guardia Nacional y 1.000 agentes del servicio secreto chocaron con los “pacifistas” en lo que se llegó a llamar “la batalla de la Avenida Michigan”.

Una de las armas disponibles para este fin de semana es un cañón de sonido capaz de llevar el ruido por encima del umbral del dolor. El instrumento, llamado LRAD (por las siglas en inglés de lo que significa aparato acústico de largo rango) es capaz de producir rayos de intenso sonido para detener o alejar a las personas en lugar de golpearlas físicamente.

Fue utilizado inicialmente durante las manifestaciones que rodearon la Cumbre G-20, provocando que los manifestantes retrocedieran y cubrieran sus oídos.

La versión en posesión de la policía de Chicago puede ser montada en un vehículo o, como ahora, en postes altos desde donde se puede afectar un área más grande de manifestantes. Es capaz de producir sonidos de alta intensidad en un arco de 30 grados que asemeja un túnel de sonido de unos 150 decibeles.

El ruido por encima de los 120 decibeles, que equivale al producido por un jet que despega, provoca dolor en los oídos.

La policía tendrá enfrente a una serie de movimientos de protesta, entre los que se espera al Ocupemos Wall Street, manifestantes pacifistas que protestan contra el involucramiento de la OTAN en una media docena de guerras; grupos de derechos civiles opuestos a los recortes en educación y servicios sociales y otros colectivos que apoyan a los inmigrantes, refugiados, a los palestinos y a la paz, o a los que se oponen a la energía nuclear, la pena de muerte y a la explotación capitalista de las masas.

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