China prohibirá que las autoridades gubernamentales exijan a las empresas extranjeras que entreguen sus secretos tecnológicos para entrar en su mercado, dijo un alto funcionario económico chino el miércoles, abordando una de las quejas clave en la disputa comercial entre Beijing y Washington.
Esta disposición está incluida en una ley de inversión extranjera que será debatida en la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional de China, que se está celebrando en Beijing, apuntó Ning Jizhe, vicepresidente de la agencia de planificación económica del gobierno, en una conferencia de prensa.
La norma “aclarará el sistema para el avance y la protección de la inversión extranjera”, añadió Ning. El sistema legal asegurará que no se pueda exigir a las empresas extranjeras que “transfieran tecnología por medios administrativos, proporcionando una garantía legal más amplia y beneficiosa”, explicó.
Se espera que la Asamblea apruebe la norma durante su sesión de 11 días, aunque el gobierno central suele afirmar que tiene poco control sobre los acuerdos comerciales entre las empresas chinas y las extranjeras.
La declaración de Ning se produjo un día después de que el primer ministro chino, Li Keqiang, anunció un sólido objetivo de crecimiento económico anual y prometió en un discurso en el congreso que las compañías foráneas serán “tratadas como iguales” con sus competidoras chinas.
Las acusaciones de que China exige desvelar secretos tecnológicos es un punto clave en su guerra comercial con Estados Unidos, que ha alterado de forma significativa el comercio entre las dos mayores economías del mundo, afectando a agricultores, exportadores de alcohol y a industrias manufactureras claves para el país.
Li fijó el martes el objetivo de crecimiento para este año en entre el 6 y el 6,5%. La previsión es ligeramente menor al 6,6% registrado el año pasado, el peor dato en tres décadas, pero si se alcanza estaría entre los más sólidos del mundo.
La irrupción de China como competidor en el campo de los smartphones, los equipos de telecomunicaciones, la energía solar y en otras tecnologías aumentó la gama de productos disponibles para los consumidores y ayudó a bajar los precios. Pero hace temblar a Washington y a otros gobiernos, que están preocupados porque esta competencia suponga una amenaza a sus industrias y empleo.
Reportes noticiosos apuntaron que Washington y Beijing podrían estar cerca de alcanzar un acuerdo para zanjar su guerra comercial y evitar futuras subidas arancelarias, aunque por el momento no se anunciaron acuerdos en firme sobre el asunto en el centro de la disputa: la presión estadounidense para que Beijing dé marcha atrás en sus planes de crear empresas estatales que sean líderes mundiales en robótica y otros campos.