El presidente de China, Xi Jinping, prometió más acceso al enorme mercado chino para las compañías extranjeras y más de 100.000 millones de dólares en financiamiento para otras economías en desarrollo, al inicio de una cumbre este miércoles sobre su iniciativa de infraestructura de la Franja y la Ruta.
El programa ha construido centrales eléctricas, carreteras, ferrocarriles y puertos en todo el mundo y estrechado los lazos de China con África, Asia, América Latina y el Oriente Medio.
Sin embargo, los enormes préstamos que respaldan los proyectos han implicado enormes deudas para países más pobres, que en algunos casos han resultado que China tome el control de esos activos.
En la ceremonia de apertura del foro en el ornamentado Gran Salón del Pueblo, Xi prometió que dos bancos de desarrollo con apoyo chino, el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación de China, habilitarán fondos de 350.000 millones de yuanes (47.900 millones de dólares) cada uno.
Se invertirán otros 80.000 millones de yuanes (11.000 millones de dólares) en el Fondo Ruta de la Seda de Beijing para financiar proyectos de la iniciativa.
“Eliminaremos restricciones de forma generalizada al acceso de inversiones extranjeras en el sector manufacturero”, dijo Xi.
China se abrirá más a “la inversión en servicios y el comercio transfronterizo y ampliará el acceso al mercado para productos digitales”, además de hacer reformas en compañías estatales y sectores como economía digital, derechos de propiedad intelectual y suministros del gobierno.
Las promesas de apoyo de Beijing coinciden con una desaceleración de la economía china y un desplome de la inversión extranjera.
Xi aludió a los esfuerzos de Estados Unidos y sus aliados de reducir su dependencia de la manufactura y las cadenas de suministro en China en medio de una competencia creciente y fricciones diplomáticas, y reiteró sus promesas de que Beijing crearía un entorno de negocios más justo para las firmas extranjeras.
“No entramos en confrontación ideológica, juegos geopolíticos ni confrontaciones políticas”, afirmó el mandatario. “Nos oponemos a las sanciones unilaterales, la coacción económica y la separación y ruptura de las cadenas”, dijo en referencia a las iniciativas en otros lugares para diversificar las cadenas de suministro industriales.
Xi renovó las denuncias de Beijing de que esas medidas pretenden limitar el crecimiento chino y dijo que “ver el desarrollo de otros como una amenaza o tomar la interdependencia económica como un riesgo no mejorará la vida propia ni acelerará su desarrollo”.
“China sólo puede ir bien cuando el mundo va bien”, dijo. “Cuando China va bien, el mundo irá aún mejor”.
Representantes de más de 130 países en desarrollo asistían al foro, incluidos al menos 20 jefes de estado y gobierno. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, asiste a la cumbre, un reflejo del apoyo económico y diplomático de Beijing a Moscú en un contexto de aislamiento derivado de su guerra en Ucrania.
También asistieron los presidentes de Indonesia, Argentina, Chile, Kazajistán, Sri Lanka y Kenia, entre otros, así como el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. La mayoría de los países de Europa occidental y aliados de Estados Unidos enviaron a funcionarios de menor rango al foro.
Guterres destacó el potencial de la Iniciativa de la Franja y la Ruta para desarrollar zonas desatendidas y recalcó la necesidad de que los proyectos sean sostenibles para el medio ambiente. La iniciativa, señaló, podría impulsar la transición para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
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